HOMO POLITICUS
Candente el escenario hacia la Casa Blanca; Bernie Sanders un demócrata socialista le arrebata a Hillary Clinton el triunfo en uno de los estados más blancos de la Unión Americana, New Hampshire, donde se efectuaron elecciones primarias, denominación de la justa interna entre partidos para dirimir su selección de aspirantes a la Presidencia de la República.
Sanders quien es de origen judío y un socialista, ha revolucionado el espectro político debido a su apertura y tolerancia hacia los grupos sociales marginados y discriminados, al tiempo que parece conciliar el desarrollismo de los intereses de sectores conservadores de la sociedad norteamericana.
Pero las nubes de las primarias tienen que ver con el partido republicano, donde el nazitrump, que obtuvo un sonado triunfo y se sigue perfilando como un serio aspirantes hacia la Casa Blanca.
El análisis apunta a dos posibles tendencias históricas encontradas; los demócratas en su aparente apertura social y, los republicanos en el discurso conservador que alienta a los grupos de interés económico y político, que suelen ser ultranacionalistas y xenofóbicos.
La derrota de Hillary Clinton, en apariencia, resulta sorpresiva porque hasta la aparición del Senador Sanders, Hillary se ubicaba en caballo de hacienda y, nada, parecía hacerle sombra para lograr la nominación demócrata a la Presidencia de la República, cuestión que es respaldada no sólo por el capital político de Hillary, sino, también por ser esposa de un ex presidente de Estados Unidos, cuestión que tienen sin duda un peso sustantivo.
Por lo pronto, nada está escrito. El próximo trayecto político lo constituye Carolina del Sur y Nevada, donde la conformación racial es un pluriverso que marcará un cambio en el termómetro político, cuestión necesaria para entender el voto de minorías raciales y marcar una posible tendencia.
Entre que son peras y manzanas, Bernie Sanders ya le puso el cascabel al gato, logró algo inédito e inesperado al derrotar a Hillary Clinton; pero, si en el escenario final los contrincantes fueran Sanders y el Nazitrump, las cosas estarían más que escabrosas y casi todo se circunscribiría a las condiciones de estabilidad económica y política que hoy persisten en Estados Unidos.