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El Mercadólogo

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De influencers y youtubers

Desde la irrupción de Internet en nuestras vidas, nuestro vocabulario ha tenido que adaptarse a miles de términos nuevos, hasta integrarlos completamente en nuestra vida cotidiana. Así, palabras como wifi, red social, web, router, entre otras, son utilizadas constantemente.

Pero, tal vez, una de las palabras que más nos ha costado integrar a aquellos que aprendimos a usar las computadoras con diskettes de 3.5 pulgadas sea la de youtubers. En nuestros tiempos, para ser famoso, tenías que salir en la televisión. Y, a poder ser, tener algún talento, aunque tenemos muchos ejemplos de gente que carecía de él y aún así se volvió famosa.

Ahora no hace falta tener el respaldo de una gran empresa o de algún presentador consolidado, ni mucho menos que te descubra algún cazatalentos. Simplemente, con tener un teléfono celular que grabe con calidad, una buena luz, un programa de edición y un canal de YouTube es suficiente para que la gente te pida autógrafos por la calle. O esa es la sensación existente. La realidad es que se necesita más que eso.

Porque, según las propias reglas de este portal de vídeo, para comenzar a recibir ingresos por emitir publicidad en tu canal, debes tener más de mil suscriptores y acumular más de cuatro mil horas de visualización en los últimos doce meses. A partir de ahí, la empresa verificará que el contenido que has generado cumpla con sus políticas. Por supuesto, para mantenerse dentro de este programa hay que seguir cumpliendo dichas normas.

No es la única manera de conseguir monetizar los contenidos generados para Internet. También es posible hacerlo si una marca comercial decide apostar por alguien y pagarle para que haga una campaña publicitaria en su canal de vídeos. Evidentemente, la marca dictará las normas en cuanto al vídeo, para que no dañe su imagen. De hecho, muchas veces dicha publicación será guionizada y aprobada previamente por la empresa. Y, por supuesto, dicha persona deberá tener un historial en el que demuestre una serie de valores compatibles con la marca comercial.

Como es lógico, no todos los youtubers consiguen hacerse famosos, así como no todos los deportistas consiguen llegar a unos Juegos Olímpicos. Para lograr la fama hace falta algo más: eso que se denomina en el mundo del marketing como influencer. Aunque sea una palabra en inglés, creo que se entiende perfectamente el significado: es una persona que consigue influir en los demás. Para conseguir esa influencia, a diferencia de los requisitos que pide la plataforma de vídeos, no hace falta tener un número exacto de seguidores. Basta con que las otras personas consideren que eres un experto en alguna materia.

Así, nos encontramos con gente en nuestra vida cotidiana que, sin necesidad de grabarse en vídeo, consiguen convencernos de tomar alguna decisión, o que consideramos expertas en alguna materia y recurrimos a su consejo cuando tenemos alguna duda.

No solo nosotros: muchas veces las empresas deciden realizar campañas publicitarias con personajes públicos conocidos, ya que la gente suele asociar ciertos valores a esas personas. Si se hace correctamente, es muy probable que el público consiga trasladar los valores de la persona famosa hacia la marca.

Porque la fama y la credibilidad no tienen porqué ir de la mano.