Home Un Infierno Bonito UN INFIERNO BONITO

UN INFIERNO BONITO

0

DESAPARECE UNA ESTUDIANTE

Le dijo a su jefa que iba por unos apuntes y ya no regresó. Su afligida madre teme por su vida porque había sido amenazada por un sujeto que ya tiene peleas en la coliseo, de la colonia La Raza. Olivia García Tolentino anda llorando como la zarzamora por su hija de 13 años de edad, que desapareció el domingo pasado, dijo que teme por su vida “Lleva siete días desaparecida, mi hija Roció García García, las mismas autoridades me dicen que están como El Monje Loco, nadie sabe nadie supo. No sé qué les pasa a los de la Procuraduría General de Justicia del Estado, no han hecho nada por activar la Alerta Amber, aun cuando les he repetido varias veces que la niña está en peligro, porque ha sido amenazada por un hijo de todos modos, de nombre Vicente “N”, vecino de la colonia La Raza, donde dice que él es el mero-mero bongosero”.

 

La señora no ha dejado de llorar, y cuenta “Yo no sé qué hacer, ya acudimos a todas partes por la mañana, tarde y noche, recorriendo toda la ciudad de Pachuca, tocando puerta por puerta, algunos no nos abren porque piensan que somos candidatos a diputados. Vamos con las autoridades y nos traen como calzón de mujer mala, para arriba y para abajo”.

La Señora es vecina de la colonia cerro de Cubitos, en Pachuca, dijo que Roció estudia el segundo grado de secundaria en la general número 9, y fue el pasado domingo 31 de enero, como a las 11 de la mañana que le dijo que iba a ver a una amiga compañera de estudios para que le pasara unos apuntes, y “ya no le vimos la cola”.

Desde entonces desapareció, le dan ganas de ir a ver al brujo mayor para que le diga dónde está. Explicó la señora que tiene la sospecha, y nadie se la quita, de que un mono que se llama Vicente, de la colonia La Raza, tiene que ver “porque este mendigo delante de mi le echó a su hija, le dijo ‘Pártele la madre no hay bronca, yo saco la cara por ti, al fin que las autoridades me la pelan’, y veo que es verdad”.

“Todo esto ha ocurrido porque dicen que Roció quería andar con un amigo de su hija Wendy, lo cual no es cierto. De ahí salieron las agresiones físicas y verbales, y hoy la desaparición de mi hija”. Añade la quejosa que la primera vez, a finales del mes de noviembre, “Wendy no sólo le reclamó a mi hija sino que se le fue a patín y madrazos, la dejó toda desmadrada como si la hubiera atropellado un camión de la Previdencia. Esta vez acudimos a las oficinas de CAVID que se encuentran en Valle de San Javier, con la intención de presentar la denuncia correspondiente, pero el personal no me atendió diciéndome que la agresora era una menor de edad y no procedería, me dijeron que sólo perdería el tiempo y así quedaron las cosas”. Pero los ataques y hostigamientos continuaron tanto del padre como de la hija.

“Ante la indiferencia de las autoridades y la impunidad de los agresores, siguieron como cuchillito de palo, pero la situación se agravó porque el pasado 18 de diciembre mis tres hijas, Jessica, Claudia y Roció, de 17, 15, y 13 años de edad respectivamente, decidieron ir a la colonia La Raza donde se celebró la tradicional posada”.

“Iban en plan de diversión únicamente a mover el bote, sólo que nunca imaginaron que se iban a encontrar al diablo llamado Wendy y a su banda, un grupo de 15 chamacas greñudas, y entre todas les echaron montón, regresaron a la casa todas rasguñadas, parecía que se habían aventado una madriza con un gato”.

“Dicen que ahí estaba el padre de Wendy sólo de burlón, de cómo se las llevaron al baile todas golpeadas; las llevé ante el Ministerio Público, se levantó un acta y yo con mis propios ojos vi que el agente social apuntó en su carpeta investigadora, pero nada más apuntó porque nunca se hizo una investigación. A los nueve días nos enviaron a ambas partes un citatorio para conciliar ambas partes, y desde ese momento mi hija desapareció como conejo de mago”.

“Por todo lo que ha surgido con esta gente temo que a lo mejor le hayan hecho algo malo. Acudí a la Procuraduría General de Justicia para que me ayuden a encontrar a mi hija, pero ni me pelan. Estoy muy angustiada y por eso pido apoyo a la población en general a grandes y chicos, que si de chiripa la llegan a encontrar, llamen al 066, les estaré muy agradecida; por favor ayúdenme porque no cuento con las autoridades”.

 

LA QUERÍA MATAR A HUEVO

Rosa Vázquez Hernández, un ama de casa muy sufridora, recibía tres madrizas al día por su borrachento viejo, que ya no la quiere y anda de sancho con otra vieja y le puso casa chica. La señora, con los ojos de cotorra toda hinchada de la cara por los madrazos que le acomodaron, se dirigió a demandar a su viejo; lo metieron al bote por pegalón.

Quedó asentado en la demanda que desde ese mismo minuto Juan González quedaba expulsado de esa casa, y se tenía que ponerse a mano con una pensión para que comieran sus hijos. Pero el día de ayer, por la mañana, Juanito salió de la cárcel, lo primero que hizo fue visitar a su vieja por rajona.

La señora al verlo se espantó, gritó muy fuerte que hasta el niño se cayó de la cama, con un palo en la mano la correteó y le alcanzó a dar uno en el lomo. La señora se encerró en el baño, al ver que su viejo quería abrir a patadas se quiso brincar por la ventana, se montó, el vestido le estorbaba, se iba a deslizar pero se le atoró una de las correas de su zapatilla en el pasador quedando colgada de una pata.

El vestido le cubría la cara, ahí fue donde su viejo se aprovechó, sonándole con el palo como a la piñata, la señora Rosa gritó a todo pulmón, parecía que estaba pariendo chayotes. Sus vecinos se asomaron y al verla colgada y que le estaban sonando llamaron a la Policía Municipal; al ver a los cuicos, Juan y otros cuates que llevaba se echaron a correr, mientras los policías la desatoraron cayendo de cabeza.

Brincando como chapulín se la llevaron al Ministerio Público, donde dijo que su viejo la quiere matar, que le advirtió que le iba apretar el gañote, llevaba a otros cuates para desaparecerla. Pide que lo vuelvan a encerrar, porque conociéndolo es capaz de darle chicharrón.

 

UNA VIEJA SE SALIÓ SIN PAGAR

La señora Victoria Hernández es la dueña de un salón de belleza en Piracantos. Le dijo al Ministerio Público que el jueves 4 del presente mes llegó una mujer de unos 40 años de edad, para que la dejaran bella como una estrella, le contó que iba a ir al nombramiento de Omar Fayard, candidato a gobernador por el PRI, y quería dejar a los presentes con el hocico abierto.

La mujer iba vestida muy elegante, con una blusa muy escotada enseñando sus chichurrias, pantalón fino color negro, muy ajustado que por lo nalgona y panzona parecía mariachi. La peinadora comenzó a arreglarle sus pelos, le hizo un corte moderno, se los enchinó con rayitos, le arregló las pestañas, le quitó las chinguiñas, le sacó la cerilla de las orejas, le adelgazó las cejas, le arregló las uñas de las manos y de las patas, le maquillaron la cara, y a cada momento les decía que la estaban dejando más bella.

Entre pláticas les dijo que se llamaba Lucero Espinosa, y con lo bella que iba a quedar le iban a decir Lucero de la mañana, que iba a entrar partiendo plaza, y Omar se iba a quedar impresionado, no le hace que llevara a la Rufo. Se pasaron siete largas horas arreglándola, cuando terminaron le dijo que la aguantara un rato mientras se iba a tomar un refresco, y caminar un poco porque ya se le habían dormido las nalgas, y también esperaba que pasaran por ella. La señora Victoria sudó la gota gorda y por su trabajo le iba a cobrar mil 800 pesos.

Lucero salió del salón caminando graciosamente como yegua fina, se metió a un changarrito, pero en un descuido “Patas para qué las quiero”, se le perdió de vista a la dueña del salón, no le vio ni el polvo; fue a buscarla para que le pagara y ya había volado la paloma. Victoria se regresó echando chispas, al no encontrarla en la tienda, barriendo los pelos que le había cortado no dejaba ni un momento de mentarle la madre, movía la cabeza y poco le faltó para chillar, sólo hacía pucheros, después dijo que eso le pasó por confiada, para la otra va a cobrar por adelantado para no trabajar gratis.

 

RETÓ A LA POLICÍA

Julio Quintanar Rodríguez es obrero, tiene de 27 años de edad, regresaba a su casa pero al pasar por unas de las calles de la colonia Infonavit Santa Julia lo agarraron por la retaguardia, le apretaron el gañote, acomodándole la llave china que hasta sacó la lengua. El ladrón le quitó el celular y lo aventó cayendo a media carretera parando las patas, Julio no pudo hacer nada en el momento en que se le acercó, estaba espantado porque el ladrón llevaba en la mano a un perro grandote, y además iba armado con un objeto filoso; se levantó y se echó a correr sin mirar para atrás. Llegó con la lengua de fuera hasta las instalaciones de la policía municipal, que están hasta casa los diablos.

Le dijo al Ministerio Público que muy cerca de la iglesia de Santa Julia, un ladrón le quitó su celular, se quiso agarrar a madrazos con él pero le sacó porque estaba armado, y el perro le gruñía. Les dio las señas poarticulares del que lo robó, que era un chaparro, gordo, con cara de maldito, y llevaba un perro grande mugroso, los policías le preguntaron que qué raza era el perro, le contestó que era corriente de esos callejeros.

De inmediato, echos la madre, salieron en busca del roba celulares. Cerca de la media noche por el lugar encontraron a un chaparro que llevaba en la mano unas tijeras, y en la otra un perro. Le pararon el alto pero él les echó al perro para que los mordiera, los apantalló con las tijeras. Uno de los policías lo agarró por atrás, otro le quitó al perro y con el mismo lazo le amarró el hocico, y los aventaron a la camioneta.

Se los llevaron y ahí cabeceando los esperaba Julio Quintanar, a quien le devolvieron su celular, al ladrón lo metieron al bote. Julio se fue, como era la una de la mañana no encontró coche de sitio y se la aventó a golpe de calcetín, casi al llegar a su casa lo agarró una patrulla, los policías lo subieron por andar de noche en calles oscuras y además llevaba un celular, les platicó la historia pero ellos no se lo creyeron, y se lo llevaron otra vez hasta la Policía Municipal.

El Ministerio Público le pidió disculpas y le dijo que se fuera, pero Julio mejor se quedó a dormir ahí, no fuera que otros güeyes lo volvieran a llevar.

gatoseco98@yahoo.com.mx