El peso de la realidad
Si nos asomamos a los medios de comunicación la actualidad noticiosa se nos impone. Comentarios sobre las elecciones pasadas, consecuencias del coronavirus, defunciones por violencia, datos económicos no muy felices, reunión del G7 que no termina de la manera más positiva, desencuentros sobre estudios de la línea 12 del metro de CDMX, la doctora muerta en los separos de la policía en extrañas circunstancias…
Al concluir de ojear el periódico o de ver los titulares de los noticieros televisivos o de escuchar los programas de análisis radiofónicos, el ánimo se hunde en un abismo de impotencia y desesperanza que abochorna toda iniciativa de querer hacer algo. Parece que las solas fuerzas de una persona no son suficientes para cargar con el peso de la realidad.
Julián Marías, siguiendo a Cervantes, reflexiona sobre el peso de la libertad. Elegir hacer algo o no hacerlo conlleva un gravamen de responsabilidad que convierte la decisión en algo que cuesta realizarse. El ejercicio de libertad no es solamente decidir, sino que también es ser capaz de dar razón de lo que he hecho y por qué.
X. Zubiri, por su parte, invitaba a cargar, encargarse y hacerse cargo de la realidad. Ésta no nos viene dada sin más, sino que tenemos en nuestras manos la posibilidad de relacionarnos con ella para transformarla. Las tres expresiones nos acercan de nueva cuenta a la percepción de que cuesta construirnos a nosotros mismos relacionándonos con la realidad.
Pareciera que ha empeorado el panorama del comienzo. A la pesadez de las noticias primeras, le hemos añadido la dificultad de elegir y el reto de encargarnos de la realidad. Pareciera que la acción particular personal es una maquinaria dura, poco aceitada que va a tener consecuencias actuemos como actuemos.
Ante la posibilidad de inoperancia por todo lo mencionado queda una rendija, quizá la más digna y recordemos que la dignidad es la que nos habla de humanidad, es enfrentar nuestra vida con las fuerzas que tengamos con la intención de cambiar lo que alcancemos a nuestro alrededor. Quizá las grandes noticias no superan, mas todos tenemos la capacidad de modificar el pequeño entorno al que llamamos nuestra vida.
No es fácil vivir manteniendo y engrosando la propia dignidad y las ajenas. Pero nadie puede pensar que la vida, considerándola como humana y no solamente como vivir la vida, es sencillo. Fernando Savater en Las preguntas de la vida, deja muy en claro que la dignidad y humanidad del hombre se construye, se conquista, se pelea en cada momento de la vida.
Quizá a esto es a lo que podamos llegar, Quizá a esta lucha en cada momento vital es a lo que alcancemos, pero no se nos pide más, ni tampoco menos. ¿Nos animamos?
