NÚMEROS CLAROS
En medio de una campaña electoral que inicia en este mes oficialmente con la inscripción de los candidatos de los partidos a los puestos de elección popular, y frente a recortes repentinos al gasto publico aprobado para 2015, luego que el Ejecutivo Federal ha puesto los pies en la tierra y abandonado el optimismo, los ciudadanos estamos inmersos en una campaña publicitaria de los partidos sin que hayan comenzado las campañas.
Si el bombardeo al que estamos sujetos hoy los ciudadanos a través de los medios de comunicación sólo es el preludio de lo que serán las campañas, ¿cuál será el nivel de enajenación que preparan partidos, empresas publicitarias y medios para los ciudadanos?, cuando se ha calculado que habrá, aproximadamente, más de 16 millones 174 mil 80 spots que serán difundidos por 2 mil 500 estaciones de radio y televisión, del 5 de abril al 4 de junio próximos.
El consejero del Instituto Nacional Electoral (INE), Arturo Sánchez, ha explicado que en los próximos días serán difundidos por 60 días 13 millones 815 mil 360 de spots de los partidos y 2 millones 358 mil 720 de las autoridades electorales. En definitiva, la enajenación llegará al límite y quizá sea mejor no ver televisión ni escuchar la radio, menos aún leer la prensa y evitar ver a las alturas en las zonas urbanas y carreteras, donde los espectaculares estarán llenos de imágenes de hombres y mujeres sonrientes, todos ellos tratando de acaparar la simpatía de los electores.
El consejero del INE ha señalado que en estos días previos al inicio formal de las campañas, se habrán transmitido más de 22 millones de spots. Estas afirmaciones no son difíciles de corroborar, pues todas las familias que tienen la costumbre de ver la televisión por las noches son víctimas de este bombardeo de INE y de los partidos políticos, donde las empresas televisoras repiten una y otra vez los spots de los partidos y del INE.
¿A qué tipo de campañas electorales y de elecciones nos estamos acercando hoy? En realidad el INE y los partidos serán capaces de movilizar los más de 40.2 millones de hombres y las más de 43.3 millones de mujeres del padrón electoral, en total más de 83.5 millones de electores. Difícil predecir que todos los mexicanos en edad y posibilidad de votar vayan a hacerlo.
Aunque el gobierno federal insista en convencer a los ciudadanos que las cosas marchan bien en la economía, en la política y en la sociedad, la realidad es que el deterioro social de la inmensa mayoría de los mexicanos va en aumento y una forma de mostrar el enojo de la ciudadanía, seguramente será abstenerse de votar o anular su voto.
Sin duda este gesto será insuficiente la para detener las ambiciones de los candidatos y los partidos, pues no importa el número de votos con que sean elegidos, igual ocuparán sus puestos de elección popular en las gubernaturas de los estados, los puestos de presidente en los municipios, los curules en las diputaciones locales y federales.
La reforma política ha propiciado en México la instauración de una dictadura de los partidos sobre los ciudadanos, los cuales se han quedado indefensos ante los partidos y la clase política, al no tener ningún recurso para deponer a un presidente municipal, a un gobernador, a un diputado o senador, menos aún presidente, cuando no hayan realizado correctamente las funciones para las cuales fueron elegidos.
La consulta ciudadana, como lo hemos visto en 2013, no ha sido sino un artificio para engañar al pueblo y la democracia. Por esa razón, los más de 18.6 millones de pesos que se invertirán en las campañas electorales, se convertirán en una ofensa para los más de 53 millones de pobres que existen en el país, y para los más de 30 millones de hombres y mujeres que se ganan la vida en la economía informal.
