IGUALDAD SUSTANTIVA, EMPODERAMIENTO EFECTIVO

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“Brecha educativa limita participación en la ciencia

No obstante que en México la tasa de alfabetización de la población juvenil de 15 a 24 años de edad indica que la brecha de género en el periodo del 2000 al 2008 mantuvo reducción, a partir del 2009 y hasta el 2018 las cifras se incrementaron ligeramente para las mujeres, pues de una tasa porcentual de los hombres de 96.9 por ciento, pasó a un 99.1, mientras que la de las mujeres pasó de un 96.5 a un 99.2, representando un incremento del 2.2 para los hombres y un 2.7 por ciento para las mujeres, según datos de INEGI.

Siete estados de la república mexicana de entre ellos Chiapas demuestran una brecha de género en la asistencia escolar del alumnado de 3 a 17 años de edad con mayor número de hombres que de mujeres marcando una diferencia de 1.9 hasta 0.8 puntos porcentuales.

Veinticinco estados cuentan con mayor porcentaje de asistencia de mujeres en relación a los hombres con una diferencia de entre 4.4 y de 3.0 por ciento, que distinguen a Aguascalientes y Colima respectivamente; en veintiún estados la asistencia femenina está por encima de la media nacional, de entre ellos destacan el estado de Tabasco, Hidalgo, Yucatán y Guerrero.

El análisis deja ver que aun siendo un ligero incremento en la brecha de género de alfabetización, y de la asistencia escolar con poco más de la cuarta parte de las entidades federativas, enmarcan una de las causas multifactoriales básicas por el que la participación de las mujeres en la ciencia es precaria, desde luego sin dejar de soslayar las tareas de cuidado con exclusividad femenina y la tendencia de elección de las carreras profesionales determinadas por roles y estereotipos. 

Según un informe de la UNESCO, hasta el 2018 sólo el 28.5 por ciento de las mujeres cursaba estudios de posgrado en alguna ingeniería, el 28.4 relacionados con las TIC, el 36 en agronomía, y menos del 18 por ciento en campos de inteligencia artificial, desaprovechando su potencial y talento. 

Es lamentable que, de la población investigadora sólo el 33 por ciento sean mujeres representando el 45 y 55 por ciento de estudiantes de grado y de máster respectivamente, pero lo más grave es que solamente el 3 por ciento de los Premios Nobel de Ciencia han sido otorgados a mujeres.

A lo largo de la historia, en México únicamente setenta y ocho mujeres científicas han sido reconocidas, trece de ellas a nivel internacional con siete denominaciones de Laureadas de entre ellas Esperanza Martínez Romero con impacto de investigación para la comunidad global para la ciencia; y siete con denominación Racing talent.

En el país setenta y dos científicas han recibido becas para continuar sus investigaciones, Viridiana Tejada, Alicia Mastretta, Berenice Palacios, Penélope Rodríguez y Sandra Romero, forman parte de este grupo de becarias de una comunidad científica reconocida y valorada, además de ser embajadoras del programa de ciencia. 

La ciencia necesita mujeres y el mundo necesita ciencia, por lo que se requiere generar oportunidades para las mujeres en la innovación científica desde el ámbito educativo, y del hogar con la crianza, que fomenten aspiraciones y altas expectativas profesionales en ambientes igualitarios, en donde los derechos y obligaciones hagan una forma de vida justa que inspire a más mujeres a cumplir sus sueños y expectativas.

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