JMK, yo y mis circunstancias

En tiempos que hacer juicios radicales y absolutos es una constante en el país, resulta hasta temerario intentar hacer un balance, al menos racional, del trabajo desempeñado por el ex gobernador del estado, Jesús Murillo Karam, al frente de la Procuraduría General de la República.

Pocos personajes en la política actual pueden ser catalogados como profesionales de la política, bajo el entendido de que nos referimos a la mejor acepción de la palabra.
Murillo Karam se ha distinguido a lo largo de su carrera en el lado ideológico del ejercicio político. Sabe lo que significa la posibilidad del  pensamiento y la reflexión como piedra angular de apostar a la realidad.
En la coyuntura política, económica y social que vive la nación, el ex mandatario hidalguense resultó quizá la carta política más importante de la que decidió echar mano el presidente Peña Nieto. No erró el jefe de la nación en su selección, si en cambio en no poder calcular, porque simplemente es imposible, las circunstancias que habrían de rodear su mandato.
Murillo Karam es un personaje singular en el ejercicio del poder porque no es un obsesionado del mismo, al menos en el esquema más tradicional de la palabra. A su paso por el gobierno de Hidalgo, dio forma no solo a una nueva generación de políticos, sino a la concepción renovada de su práctica.
Su llegada a un cargo tan vital en la administración federal, dejó ver la posibilidad de un momento importante en la impartición de justicia mediante el cual las prácticas rupestres en la materia, herencia dd las administraciones panistas, estaban en una etapa final de su existencia.
Murillo Karam implementó una estrategia fundamentada en la inteligencia, en un ejercicio pulcro de de la política y sobre todo en un trabajo en el que las indecisiones no tenían cabida.
Sin embargo las circunstancias, un camino entrampado por propios y extraños, acabaron por obligar a la salida del ex mandatario hidalguense, y con ello abortar lo que pudo haber sido uno de los capítulos más brillantes en la impartición de la justicia en el país.
La llegada inminente de un tentáculos más de Televisa al poder federal, hace evidente de dónde llegaron las primeras trampas a la administración Murillista en la PGR.
JMK representa un sonado fracaso no en su trabajo, sí en quienes debieron apoyarlo de manera permanente y sin cortapisas, y no navegar de acuerdo a lo que decían medios informativos convertidos en jueces, o lo que es peor, lo que  opinaban unas redes sociales manejadas por verdaderos fanáticos de la tendencia absurda a creer que lo primero es aniquilar, hacer polvo lo que existe, y luego edificar a partir de lo destruido.
JMK estuvo a la altura, no así los timoratos que debieron mantenerle su apoyo.
Mil gracias, hasta mañana.
peraltajav@gmail.com
Twitter: @JavierEPeralt

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