
¿Y DESPUÉS?
Cuando se cierran los ojos
y el último viaje llega,
cuando se abordan los trenes
en un viaje sin regreso,
¿Qué sigue, a dónde vamos,
dónde siguen nuestros pasos?
El amor nunca se muere
oigo decir desde siempre,
y pienso viendo la noche,
que entonces cuando me marche
¿sigo queriendo a mis hijos,
amando a mi tierna esposa,
recordando a mis hermanos,
Que no soy sólo recuerdo
que se borra con el tiempo,
epitafio que la lluvia
descarrila de los ojos,
un nombre que un tiempo vive
y luego nadie recuerda?
Mi madre me dijo un día
que la vida no se acaba,
que la vida real comienza
cuando esta vida se acaba…
Y yo le creo a su palabra,
por eso pienso que al irme
voy a encontrarme con ella,
y platicar como siempre
cosas que ya no pudimos,
decirle que tiene nietos
que sus hijos la recuerdan,
nuestra laguna se seca
y los patos ya no nadan…
Y encontraré a mi padre
siempre fuerte, siempre al frente,
y junto a mí madre y padre
Sabré que el cielo es reencuentro
con quienes ya se nos fueron,
y abrazo de la vida
que parece que perdemos
y al perderla la encontramos.
Por eso entre tanta duda
para saber lo que viene,
lo que tendremos después,
lo que sólo imaginamos,
nos fortalece en el alma
la fe que nació de niños,
de saber que a esta vida
le sigue un camino nuevo,
seguros de la palabra
del Señor del universo
“Soy resurrección y vida
y aquel que cree en mí evangelio
no morirá para siempre”.
¿Y después?
que es mi pregunta,
encuentra en esas palabras
luz, camino y esperanza
y respuesta a tanta noche
que se pierde con las luces
al mirar a tanta estrella.