
Un mes, carnal
Te cuento, carnal, que a un mes de tu partida el país está envuelto en una cruenta lucha por el poder, aunque sabes que eso no es ninguna novedad. A veces incluso ya no sé ni qué creer a unos y a otros. Porque puedes comprar fácilmente lo que dice el Señor Presidente en su conferencia de las mañanas, creerle con inocencia que toma medidas inteligentes, históricas y acertadas, como la compra de una refinería en Texas con la que ya estamos en la cumbre de la producción de combustibles de todo tipo.
También puedes quedarte con la otra versión de la realidad donde se burlan abiertamente de este hombre que ansió como la banda presidencial, y afirman que pocos errores tan graves y críticos como la adquisición de una planta refinadora con adeudos al por mayor, cuando todos apuestan a las energías limpias. Señalan que con tal de intentar ganar de nueva cuenta el Congreso federal, le apuesta a lo que sea y gasta lo que sea.
Día con día, querido carnal, entiendo menos la visión que tienen los políticos ya no solo del país sino de la realidad misma, al grado que con regularidad ven otra diametralmente opuesta a la miramos todas las mañanas. Te confieso que nunca creí que López Obrador hubiera resultado lo que resultó. Te confieso que la desilusión apenas empieza.
Cuando te fuiste justamente por el Covid-19, la enfermedad distaba mucho de estar controlada. Hoy, si bien la situación no puede catalogarse de esa forma, han bajado considerablemente los casos de contagio y fallecimientos, y la vacunación marcha de una manera correcta. Es decir que después de todas la barbaridades cometidas por el gobierno federal en su manejo, desde los conjuros religiosos con eso de la estampita, la invitación a salir porque el virus no nos iba a hacer nada, al menos en materia de vacunación vamos bien, aunque tengo mis sospechas.
Por lo demás todo sigue igual. El Señor Presidente con su insistencia en achacar todo al ignominioso pasado y no dar cuenta de lo que sucede en el presente. Mantiene su discurso de los conservadores, neoliberales y otras cosas por el estilo. Odia con odio jarocho a la mayor parte de la prensa escrita, televisiva y radiofónica, pero ama entrañablemente al grupo de barberos preparados que se hacen pasar como reporteros en sus mañaneras.
Hay una gran desesperación en el grupo cercano al primer mandatario del país, porque seguramente en sus encuestas de consumo interno ya perdieron la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, además de que con suerte solo ganarán dos o tres de las 15 gubernaturas que estarán en disputa.
No hay muchos cambios en esto de pelear el poder. Son los mismos de la historia reciente del país, unos con vestimenta del partido oficial, y otros de la oposición que antes era oficial.
Un cuento de nunca acabar carnal.
Sin embargo, lo que puedo decirte además de todo este listado de lo que hacen los reyecitos de una tierra sin coronas que ponerle, como no sean las cervezas, es que siempre tuviste razón: solo el amor nos salvará hasta de nosotros mismos, no se diga de estos personajes al principio graciosos, hoy sinceramente odiosos.
Ya te contaré cada vez lo que pasa en esta realidad que dejaste, y espero sinceramente que pronto nos puedas escribir desde ese lugar que ahora conoces y que estoy seguro te habrá agradado, y donde no tardarás en organizar una carrera de maratón, una campaña para que los hombres que llegaron antes de tiempo a donde ahora resides por creer que “los hombres mueren en silencio”, se cuiden por lo menos para que en los sueños de sus hijos y nietos les pasen constante el testimonio.
El país es el mismo que dejaste, es decir con gobiernos que no dan pie con bola, que se creen, como todos, la salvación de México porque ellos sí son honestos, inteligentes, honorables, visionarios, justos, democráticos, etcétera, etcétera.
Vaya pues sigue igual, y como nunca le hacen falta personas como tú, con la sensibilidad real para sentir el dolor ajeno, la tristeza ajena, las esperanzas de los millones de mexicanos a los que regularmente nadie escucha.
Cuídate carnal y te seguiré informando.
Mil gracias, hasta el próximo lunes.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta