FRACASÓ EL PAYASO
Para mucha gente al festejar a sus hijos de los 5 años para abajo, la risa es infalible para todos las edades, y no hay como contratar a un payaso que haga magia, globos con figuras de perritos, regale dulces y haga participar en los juegos al festejado y a sus amiguitos.
El chiste de la fiesta es que se la pasen súper, no importa que echen la casa por la ventana. Los padres del niño Toñito buscaron entre sus amistades a alguien que conociera a un payaso de los buenos, les dijeron que aquí en Pachuca había uno que se llamaba Rin Plin Plin, y tenía una mascota muy lista, un perrito que se llamaba “El Chilin”, y les dieron un número telefónico para que lo llamaran. Lo contrataron pero salió de la patada, los niños no le aplaudieron, le chiflaron, lo abuchearon y lo sacaron a madrazos, Antonio Gerardo Cervantes Pérez comentó que lleva muchos años trabajando como Payaso, que estuvo con Pedro Infante en la película “Un rincón cerca del cielo”, las cosas las hace al mero tiro y logra hacer muy felices a los niños, pero esta vez lo contrataron y no les gustó su trabajo. Lo sacaron a patadas, no le pagaron y de pilón le destrozaron los bancos donde trabaja, y también le aventaron su perro a la calle, lo atropelló un carro y quedó embarrado en el pavimento.
Comentó al Agente del Ministerio Público, para que apuntaran en su carpeta única de investigación, que el sábado pasado una pareja de nombre Mario y Yolanda, con domicilio en Agustín del Río número 100, en la ciudad de Pachuca, lo contrataron para la fiesta de su hijo Toñito que cumplió 3 años. Firmaron un contrato en el que les iba a cobrar 2 mil 800 pesos por dos horas, a los niños les iba a regalar globos, hacer suertes, y que contaba con la estrella del programa, su perro “El Chilin” que está educado a la alta escuela, sabe hacer muchas cosas: se sube a los bancos, baila en dos patas, se echa de maromas, sabe contar con ladridos del uno al 10, y con una pistola de juguete el payaso le dispara y se hace el muertito, luego le da un periódico para que lo lea, porque sabe leer, pero no pude hablar.
Los dueños de la casa le dieron un adelanto de 800 pesos y cuando acabara la función le pagaban lo demás, estuvieron de acuerdo y lo citaron para que hiciera su trabajo de 4 a 6 de la tarde. Cuando llegó la hora indicada, en la casa estaban los familiares del chavito y todos sus amiguitos, que lo recibieron con aplausos y dio principio la función.
El perro estaba enojado porque el día de la fiesta por la mañana lo bañó, lo llevó a pasear al parque, vio a una perrita que andaba perdida y la quiso seguir con otros fines, porque el payaso no lo dejó que dijera sus sentimientos, todo el camino lo llevó jalando a su casa y para que se le quitara lo caprichoso no le dio de desayunar. El perro de coraje se metió debajo de la cama y se revolcaba en la tierra, con el fin de que a su presentación llegara cochino.
El Payaso habló con él, le dijo que era su oportunidad de demostrar que era mejor que Rin tin tin, nada más le dio un plato de leche con un pedazo de pan, como ya se acercaba la hora arregló todas sus cosas, las subió en su camioneta y llegó a la fiesta, pero se le notaba el coraje al perro porque cuando los niños se le acercaban les ladraba.
Cuando lo presentó, los niños no dejaban de aplaudir, el payaso les daba las gracias y les dijo que no lo perdieran de vista porque su perrito era el único animal inteligente del mundo. Pero no contaba con que “El Chilin” estaba enojado y no quiso hacer nada de lo que sabe, no le obedeció, por el contrario cada que le ordenaba al animal algún truco lo miraba gruñéndole queriéndolo morder. Para salir del problema, el payaso les contó unos chistes a los niños, que no les gustaron.
Los niños ni lo pelaron, se salieron a jugar al patio dejándolo de a loco, el señor Mario le dijo al payaso que le devolviera los 800 pesos que le había dado, muy enojado lo sacó a empujones de su casa, el Payaso le dijo que era al revés, que le tenía que pagar lo que restaba porque habían firmado un contrato, que fue un accidente de trabajo, le agarró la tarde y no le alcanzó el tiempo para darle sus croquetas al perro, y a lo mejor por eso no quiso trabajar.
Dijo que estaba enojado, no le dio de comer más tarde porque luego se ensucia y se orina en las fiestas. Le dijo al señor Mario que le diera un tiempo, y un pedazo de pastel para dárselo a su perro y en unos minutos comenzaba de nuevo, pero que le pagara. El señor le dio en la madre, le aventó los bancos a media calle, luego también al perro que se le echó a correr y valió madres. Volvió a tocar la puerta para exigir que le pagaran, como no le abrieron le dio de patadas, salieron varios de los invitados y lo desmadraron, dejándolo tirado; no sabe cuánto tiempo, despertó en el Hospital General.
Tenía varias costillas rotas, un ojo cerrado, chimuelo, porque le volaron los dientes, chipotes por todos lados y no encontró una caja donde llevaba los regalos para los niños. Le pidió a las autoridades que obliguen a los señores que lo contrataron, a que por lo menos le den la mitad, porque él puso de su bolsa dinero para comprar globos, serpentinas, paletas payaso, y sobre todo la pérdida de su perro, que en paz descanse, es una pérdida muy grande para él ya que se le fue para el valle de los perritos. También le dijo al señor autoridad que no sabe si los 800 pesos del adelanto se los quitaron o los perdió. Lo malo es que ya no tiene herramientas para su trabajo de Payaso.
LO DEJARON A PATA MIENTRAS CUIDABA A SU PAPÁ
Pío Matías Canales Pontaza, dijo muy triste al Ministerio Público que mientras cuidaba a su papá en el Seguro Social dejó su coche junto a la iglesia de San Martín de Porres, se descuidó y las ratas de dos patas se volaron su Nissan Tsuru blanco, con placas jarochas; luego le dijeron que en la colonia Céspedes hay mucho Ratón.
Explicó que estaba cuidando a su jefe en el tercer piso del Seguro Social, y desde ahí veía su carro, toda la noche se la pasó con un ojo al gato y otro al garabato, de momento se echó un coyotito, cuando despertó ya no estaba su carro. Se bajó hecho la mocha, era de madrugada, no había nadie en la calle, se sentía un poquito de frío. Cuando quiso entrar de nuevo al Seguro, el policía no lo dejó, el pase lo había olvidado en su chamarra en la cama del enfermo. Se quedó afuera y esperó a que amaneciera, fue al Ministerio Público del Hospital General a poner su queja, dijo que le habían robado su coche con un valor de 25 mil pesos.
Regresó al Seguro, tuvo broncas con el policía que no lo dejaba pasar, después de tanto alegar se metió, se sentó junto al enfermo y se puso a llorar de coraje. El enfermo abrió los ojos y le dijo: “No llores hijo, me siento bien, no me voy a morir, todavía me quedan fuerzas”.
A LOS LADRONES LES CAYÓ EL CHAHUISTLE
Los agarraron los uniformados porque eran pájaros de cuenta, a una de sus víctimas le habían quitado 19 mil bolas. Pero ya, bendito sea el señor, detuvieron a tres delincuentes, ya los habían anotado en la lista negra y tenían pendientes órdenes de aprehensión, acusados de los delitos de robo y lesiones. Además por llevar armas exclusivamente de los soldados.
Los agentes de la Coordinación de Investigación del grupo Tula fueron los que les andaban pisando los talones para echarles el guate, y ponerlos directo al Centro de Readaptación Social para Adultos de la citada población de Tula de Allende, Hidalgo.
Los tiras detuvieron a Isaías Olvera, como responsable de asaltado y robo cometidos en agravio de Francisco Javier Quintana García.
Dijeron que el detenido caminaba tranquilamate por las calles de Satélite de la colonia Salitre, dijo el amolado que él fue quien le quitó la cantidad de 19 mil pesos, apuntándole en la cholla con una pistola y luego se fugó a bordo de un Nissan tipo Tsuru. Los agentes que estaban calientitos, de una vez se achicalaron a dos de sus cómplices, Mario Zúñiga y Jesús Daniel Uribe, que también hacían de las suyas en el municipio de Tezontepec de Aldama. Este último tiene varias actas levantadas, y se sabe que es un ladrón profesional, a todos ha robado, menos ha su madre porque ya no tiene.
A DOS DELINCUENTES SE LOS CHUPÓ LA BRUJA
Una pareja de hombre y mujer, junto a otro mono, andaban borrachos y marihuanos, desesperados porque querían más. A pesar de lo drogado, temblaban como perros por el frío de la madrugada, se les prendió el foco y al ver a un taxista pensaron que asaltandolo remediaban todos sus males.
Le quitaron 400 pesos, pero para su mala suerte fueron detenidos por la policía cuando escapaban por el boulevard Felipe Ángeles, de Pachuca. Uno de ellos sí lo logró. Se dijo en el informe que los gendarmes al estar haciendo su recorrido de seguridad sobre ese boulevard, les salió un taxista como loco, se les paró enfrente haciéndoles señas que se detuvieran, que por un pelito se lo llevan de corbata.
Parando la trompa, muy asustado les dijo a los gendarmes que dos tipos y una greñuda le solicitaron una dejada de la colonia San Cayetano a la colonia La raza, en el cerro de cubitos.
En el camino lo comenzaron amenazar: “Este es un asalto, éntrale con todo el dinero que tengas y tu celular.” En ese momento venía a lo lejos una camioneta patrulla de los Tecolotes, se pusieron nerviosos, les sudó la cola y le ordenaron al taxista que se detuviera, y caminaron en sentido contrario con dirección a la glorieta.
Pero el taxista se bajó a avisarles a los policías que lo habían saltado, los uniformados de volada peinaron la zona hasta dar con el paradero de las personas con las características que les había dado el taxista. Se trataba de una mujer de 30 años que estaba gorda, con unos mallones ajustados y panzona, parecía mariachi.
El otro cuate era alto, se notaba que estaba drogado, dijo que tenía 26 años de edad, ambos vecinos de Pachuca. Les leyeron sus derechos y se efectuó una revisan corporal; se informó que en los bolsillos del pantalón llevaban el dinero que le habían robado al taxista, 400 pesos. Fueron entregados a su dueño, y los delincuentes quedaron encerrados en las mazmorras de la Policía Estatal.
gatoseco98@yahoo.com.mx