Moscú.- Decenas de miles de rusos salieron a las calles de la capital del país para lamentar la muerte de un líder de la oposición, quien fue asesinado a pocos pasos del Kremlin, en medio de temores de que su deceso es sólo el comienzo de una nueva ola de violencia.
Multitudes desafiantes ondearon la bandera tricolor de Rusia junto a carteles en los que se leía “La propaganda mata”, en una peregrinación al lugar donde Boris Nemtsov fue abatido a tiros bajo las torres vigilantes del Kremlin. La muerte de Nemtsov se trató del asesinato político de más alto perfil en Rusia en los 15 años de gobierno del presidente Vladimir Putin.
Sin embargo, aunque la asistencia a la marcha se asemejaba al de algunas de las mayores protestas durante una ola de mítines de la oposición hace tres años, pocas personas mantuvieron la esperanza de un cambio. Por el contrario, muchos afirmaron que se sentían más vulnerables que nunca después de un año en el que el intimidante y apasionado apoyo a Putin, tras la anexión de Crimea, significó una amenaza en contra de aquellos en la oposición.
Quienes desafiaron el clima, aseguraron que el asesinato de Nemtsov, ocurrido la noche del viernes, se trata de una señal alarmante de que las personas que no están de acuerdo con el régimen agresivo de Rusia ponen sus vidas en riesgo con sólo expresarlo públicamente. Muchos dijeron que son cautelosos acerca de lo que comparten con sus colegas o publican en sus redes sociales.
“Lo que ellos realmente quieren es instigar miedo. Y lo han logrado, al menos parcialmente”, aseguró Vladimir Milov, un político que trabajó al lado de Nemtsov en las últimas semanas para organizar una manifestación de la oposición que se transformó en un homenaje para Nemtsov. Milov expuso que muchos críticos del Kremlin piensan abandonar Rusia, convencidos de que los asesinos irán por ellos, también.
La policía de Moscú manifestó que 21,000 personas se congregaron en la manifestación, aunque su cálculo no es del todo fiable. Los organizadores y los medios de comunicación locales aseguraron que la cifra estaba más cerca a los 50,000, un guarismo similar al de las marchas realizadas por la oposición en el 2011 y el 2012. Las multitudes ‑jóvenes y viejos, nacionalistas y pacifistas‑ obstruyeron las avenidas principales del centro de Moscú para honrar al físico de 55 años convertido en político, quien parecía tener la posibilidad de alcanzar la presidencia. (Agencias)