RETRATOS HABLADOS

RETRATOS HABLADOS

Un camión al despeñadero

Inmersos en una espiral de incredulidad, los mexicanos no saben a ciencia cierta hacia dónde camina el país, y si la apuesta que hicieron por una transformación tenga algo que ver con la dramática realidad cada vez más complicada, tampoco saben si la única apuesta es seguir por el mismo rumbo marcado por la 4T sin importar nos conduzca a un voladero, o bien regresar a lo de antes. 

Es lamentable que con una visión tan de estudiante del CCH de hace tantos años, cuando los compañeros “revolucionarios” pasaban a las aulas para arengar por el camino de la revolución, no sin antes advertir que dos o tres generaciones tendrían que sacrificarse para cristalizar el ideal de la igualdad, se dé por hecho que los miles de muertos por el Covid-19 simplemente eran y son daños colaterales por un bien superior.

Pero no son únicamente los difuntos de la pandemia, sino los muertos en vida que hoy mismo no saben con claridad lo que puede depararles una economía deprimida, una pérdida brutal de empleos y, peor aún, un ejercicio político con lo más vil y cínico del sistema, que se supone iban a dejar en el olvido. No solo no hay cambio, sino que en un afán, hasta absurdo, pareciera que buscan a toda costa confirmar que en efecto, era realidad la campaña de un español traído con ese fin, y que advirtió que eran un peligro para México.

No se entiende, no entiendo, pocos entienden, a dónde pretenden tirar el bono absoluto de credibilidad y confianza que recibieron en los pasados comicios presidenciales. Lo más lamentable es que no pretenden… ya lo hicieron.

En tanto, siguen las campañas previas a los comicios del mes de junio. Ya nadie, a estas alturas, se sorprende si la hija de un impresentable candidato es colocada para sustituir al personaje citado; ¿qué se podría esperar de una política inepta e irresponsable para combatir el virus, que hoy mismo es responsable de la muerte de casi un cuarto de millón de personas?

¿Qué puede decirle un abanderado del partido presidencial a quien perdió un ser querido, tragedia que hoy padecen más de 217 mil familias que de pronto simplemente vieron desaparecer a un familiar?

No podemos en estos tiempos enganchar nuestro presente y futuro a mitos, porque los mitos son eso: mitos. Cumplieron sin duda su cometido, su capacidad de generar sueños, pero que sucumben ante la amarga realidad de un país que se quedó indefenso ante una pandemia y autoridades ineptas.

Al final del día, el único sueño al que podemos aspirar es al que reúne con vida y sanos a cada uno de los seres queridos y amados con que contamos; porque la vida, de por sí frágil, se hace todavía más cuando a la emergencia se responde con ocurrencias y risas de un personaje que ya no representa camino alguno hacia una sociedad más igualitaria.

Ha pasado lo de siempre, aunque uno quiera negarlo. El poder está hecho para quien puede ver sin obsesiones la realidad. Nada garantiza que quien llegue no caiga en la misma locura, y que como siempre use a la corte de lacayos que tiene a su lado para auto erigirse como Supremo Dios del destino.

Algo grave ha pasado en este año y medio que simplemente nos devuelve a la realidad, donde cada vez son menos los que desean empujar el autobús del país a un despeñadero, y todavía cantar alabanzas al chofer que cree con absoluta vehemencia que el camino al cambio empieza por el sacrificio de dos o tres generaciones.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

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