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RETRATOS HABLADOS

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RETRATOS HABLADOS

Perder el alma y los ideales

Cuando los electores se cansaron de los partidos políticos se hizo moda que votarían por las personas; cuando se cansen de las personas, seguramente regresarán a los partidos, y así hasta el infinito. Aunque quién sabe, porque parece que la crisis de la partidocracia de nuevo está en su máxima expresión, pero fundamentalmente del que hoy es identificado, para mal de su exigua popularidad, como “partido oficial”, al tener en su poder la Presidencia de la República.

Es muy posible que pasado el trago amargo de mirar la caída en picada del gobierno federal con más popularidad a su llegada al poder, -aunque resulta similar al caso de Vicente Fox y el PAN con la diferencia de que este último, lo sabíamos, no representaba en sí cambio alguno- tengamos que mirar el horizonte para confirmar simplemente que, “la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.

Porque como nunca observamos que pese torpezas quizá de igual nivel por parte de sus congéneres Fox y Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador puede pasar a la historia como el Jefe de la Nación que hizo más daño… a las ilusiones, a las esperanzas y a los ideales de los mexicanos. Porque sin duda alguna que de quien nada se espera, nada llegará y simplemente se acepta. Pero ese no fue su caso.

Cuando creció la certeza y la esperanza de que ahora sí viviríamos en un país justo y justiciero, inteligente y alejado de la mentira, pareciera que de pronto nos precipitamos a un país inexistente porque se inventa todos los días, sin importar si la ciudadanía lo cree o no lo cree.

Es evidente que sobre el partido político que lo llevó al poder, Morena, que pasados los años simplemente no se concreta, no da señales de que existe en términos reales y que posea la fuerza para sobrevivir sin su creador, prevalece la imagen presidencial, que pese a todo es fuerte aún, con todo y que en múltiples espacios de opinión se le dé por difunta. 

Sin embargo al que hasta hace poco los mexicanos estaban dispuestos a perdonarle todo, porque la admiración y veneración que se le tenía era absoluta, sin dudas de ningún tipo, hoy debe mirar con preocupación que aquellos que lo veían como un ser divino llegado de mares lejanos, hoy empiezan a descubrir igual que con los conquistadores del Imperio Azteca, que se trata simple y sencillamente de un ser humano con grandes aciertos, pero también graves equivocaciones.

Conozco y celebro que así sean, a hombres y mujeres inteligentes que mantienen pese al vendaval en contra, su lealtad al ideal que representa AMLO, porque en definitiva saben que ya no habrá otra oportunidad en la existencia para esperar a que llegue otro personaje de este nivel. La edad, las esperanzas fincadas a lo largo de más de cinco décadas en que el cambio llegaría, mantienen la certeza de que si hay errores podrán ser corregidos, y si hay alianzas sin sentido con hampones de la política, se justifican por el fin que habrá de alcanzarse.

Sin embargo, ya no es la defensa de un cambio social para el país, sino de su propio ideal, al que nadie quiere renunciar porque cuando eso suceda algo muy cerca del lugar donde se instala el alma al nacer, de pronto se apagará.

Morena es una patética imagen de la desorganización y la carencia de valores en la mayor parte del país, no se diga Hidalgo donde han pretendido candidatear a verdaderos esperpentos de la política, porque no tienen de dónde echar mano, o porque de nueva cuenta vendieron postulaciones a cambio de recursos económicos.

Morena nunca ha existido, y probablemente nunca existirá.

Existe a cambio un personaje como AMLO, que en la necedad de los que le entregaron su último ideal, sobrevive pese a todo y pese a la misma realidad que habla de un hombre perdido en los laberintos del poder.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta