Desaparecidos

HOMO POLITICUS

En Hidalgo existen 213 personas desaparecidas, realidad, que en el país es avasalladora porque de acuerdo a Amnistía Internacional, desde el año 2006 existe una escalad de personas desaparecidas que hasta 2016 contabilizan más de 27 mil personas.


Una sociedad en indefensión es la más pura expresión de un Estado quebrantado.

 

En Hidalgo existen 213 personas desaparecidas, realidad, que en el país es avasalladora porque de acuerdo a Amnistía Internacional, desde el año 2006 existe una escalad de personas desaparecidas que hasta 2016 contabilizan más de 27 mil personas que se encuentran en calidad de desaparecidas, cuestión, alarmante que se suma a una serie de inconsistencias a nivel de procuración e impartición de justicia, corrupción e impunidad.

 

Significativa resulta la postura del Estado que ha tratado de combatir estas anomias, pero aun sin los resultados que exige una realidad delicada. Empero, subyacen las heridas de una sociedad que se percibe en indefensión, donde la impotencia y rabia predominan, pero aún más lacerante, la conciencia de saber que no basta con trabajar, con llevar una vida digna, con ser honesto y funcional para la sociedad.

 

En el fondo, el marco legal no advierte que pueda contener y depurar la lucha desigual entre una ciudadanía en indefensión que no puede hacer frente al flagelo que ha enlutado a la sociedad. Empero, no sólo hace falta de mejores leyes que puedan ampliar las posibilidades de resguardo de la ciudadanía, sino también, hacer operativa la ley, hacerla cumplir.

 

Mención especial merecen las familias de las víctimas, que en realidad también son víctimas, cuya incertidumbre es mayor que la que puede presentar una persona a la cual le han asesinado un pariente, porque siempre albergará la esperanza de que su ser querido se encuentra vivo, que habrá de ser hallado. Este escenario destila amargura y hay que apreciarlo y entenderlo en su justa dimensión; evalúese el dolor de un padre, madre hermana, espeso o hijo, que espera que su ser querido regrese; pensemos con el afecto y el corazón desgarrado; asumamos este dolor.

 

México requiere verse a sí mismo, es necesario volver a recuperar el valor humano, lo que implica pensar al otro como a uno mismo. Es tiempo de que la sociedad se organice y exija del Estado la concreción del acto, que el ciudadano haga suya la ley, que su voz sea escuchada y cuente, que sus denuncias reciban atención expedida y el seguimiento hasta las últimas consecuencias, que las autoridades entiendan que ellos también son ciudadanos, que también son pueblo.

 

 

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