RETRATOS HABLADOS

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PRI, todavía a tiempo de la reconciliación interna

Con toda seguridad el problema más grave que puede aquejar a un político, es la falta de lealtad a sí mismo, porque si le resulta imposible esa acción en su propia persona, es evidente que de ningún modo podrá lograrla con otras porque simple y llanamente es imposible.

Al paso del tiempo comprobamos que con todo y lo que se puedan criticar los tiempos pasados del Revolucionario Institucional este elemento, la lealtad, fue el adhesivo fundamental que evitó aún en los momentos más críticos y lamentables del PRI, que reventara en mil pedazos imposible de volver a ser unidos para recuperar por lo menos su forma.

Sin duda en los comicios del mes de junio, el problema fundamental en esta alianza sin pies ni cabeza con el PRD y PAN, será que al carecer de cualquier punto de coincidencia como no sea evitar que la locura desborde al poder presidencial -si logra ganar de nueva cuenta el Congreso federal-, los tiempos posteriores a los comicios tendrán que volver a plantear qué más pueden hacer juntos además alcanzar el objetivo anotado. Por lo menos están obligados a plantearse una estrategia que impida se desate una batalla campal.

Pero además, al menos en nuestro caso, el de Hidalgo, aplicar una estrategia para lograr lo que hoy ven como imposible: la unidad interna priísta, cada vez más tirante por el distanciamiento entre la secretaria general del PRI nacional, Carolina Viggiano (habría que reflexionar si esto se traduce en efecto inmediato sobre todo el Comité Ejecutivo) y la misma estructura a nivel estatal, que tiene como figura fundamental al que siempre se nombra como primer priísta de Hidalgo desde tiempos inmemoriales, y con ello nos referimos al gobernador Fayad.

Por muchas razones se antoja que los resultados del mes de junio serán un claro indicador para saber si esta aparente división se transforma en algo real, porque si el tricolor, Acción Nacional y PRD logran victorias contundentes, y dejan en la lona a Morena, es posible anticipar una reconciliación previa a la elección fundamental por venir entre los priístas: la de su candidato o candidata a gobernador del Estado.

Lo contrario traerá como primera consecuencia la repartición de culpas al que se tenga enfrente, y por lo mismo, aquí sí, una división de magnitudes inimaginables, y de consecuencias todavía peores para los que simpatizan con el Revolucionario Institucional.

Ante este panorama no resulta difícil prever que sólo una figura como la del ex mandatario, Jesús Murillo Karam, podría traer paz y sosiego cuando llegue al nivel en que cada uno de los participantes en este proceso, previo a la nominación del abanderado tricolor, empiece a manejar la estrategia de las advertencias-amenazas, para asegurar que si la candidatura no es para él, o para ella, exclame: “Mía o de la fría tumba”.

De tal modo que desde estos momentos se observa que la complicación más grave que pudiera presentar el PRI en Hidalgo es esa: la división interna irreconciliable, que solo beneficiaría al partido presidencial.

Mil gracias hasta el próximo lunes.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

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