Home Nuestra Palabra Prisciliano Gutiérrez RUMORES: CAUSAS Y EFECTOS.

RUMORES: CAUSAS Y EFECTOS.

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Causa causae est causa causati”.

Principio Jurídico.

 

Utilizar “latinajos” para expresar principios de Derecho es sinónimo de elegancia lingüística, desde los tiempos de Cicerón hasta nuestros días, sin embargo esta hermosa expresión idiomática, privilegio de clérigos, abogados y otros altos representantes de la élite cultural en las diferentes épocas, cada día está más cerca del cementerio de las palabras. Ya ni las misas se dicen en Latín. Valga, por esta vez, para el epígrafe.

 

Siempre tiendo a eludir los temas de moda (trending topics, dicen los chavos), ahora utilizaré uno como elemento didáctico para expresar el fondo de este artículo:

 

Desde la última fuga conocida de El Chapo Guzmán, toneladas de letras circularon por el mundo para tratar de explicar lo que fue, lo que no fue, lo que pudo haber sido y no fue… Criminólogos, analistas, políticos, mesías, augures, brujos, redes sociales y todo ente capaz de construir una palabra, hablada o escrita, encontró espacios propicios para expresar con doctoral sapiencia: “es una cortina de humo”, “una muestra de la corrupción del sistema”, “la tumba del gabinete político”, “nunca lo recapturarán, su gente lo protege”, “El Chapo debe ser Presidente de México”…Los medios, el ciberespacio, las pláticas de café y todos los sitios, públicos y/o privados, de opinión, condenaban, en su mayoría, al Gobierno Federal y a sus actores, de acuerdo con sus particulares ópticas e intereses (no omito mencionar al fuego amigo).

 

Llegó el 8 de enero y con él la reaprehensión. El asunto se movió causalmente, pero sus efectos cambiaron significativamente. Por un lado, los partidarios del sistema encontramos justificación para nuestra defensa cotidiana con fundamento en la tesis de permitir que el tiempo hiciera su trabajo, además de reiterar la confianza en los organismos de inteligencia y seguridad, nacionales y extranjeros. Por otra parte, los pejezoombies y otros detractores, siempre encuentran argumentos y falacias para minimizar o, de plano, negar los éxitos de un gobierno al cual combaten ferozmente. El mundo de la farándula también exigió su espacio en esta publicidad arrolladora; lo encontró en la sensual figura de “La Reina del Sur” y en el “prestigio” de un famoso cineasta y activista gringo, panegirista de Hugo Chávez y demás fauna de ese perfil.

 

En esta vorágine, los rumores: crecen, desaparecen, van, vienen, se convierten en dogmas de fe… Se infieren sus causas y se visualizan sus consecuencias, pero difícilmente se controlan.

 

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, rumor es “una voz que corre entre el público; un ruido confuso de voces y sonidos”. Rumorear es “difundir vagamente entre la gente un dicho, una noticia”. Contrariamente a lo que pudiera pensarse, el rumor no es información sino ausencia de la misma. En los amplios núcleos de población en los cuales, voluntaria o involuntariamente, por ignorancia, pereza, marginación, desinterés, manipulación o cualquiera otra causa, las noticias no llegan o no causan impacto, siempre será más fácil creer en el chisme interesado (o, en el mejor de los casos, desinformado) que en las fuentes confiables y en los datos duros. La gente inventa sus monstruos y después les teme. Ya lo dijo Sor Juana: “Parecer quiere el denuedo / de vuestro parecer loco / al niño que pone El Coco / y luego le tiene miedo.”

 

El rumor estimula, incita el morbo de la plebe: ¿El Chapo y Kate vivieron tórrido romance en las altas montañas del Triángulo Dorado? ¿La “actriz” se dejó seducir por la leyenda del personaje o por sus millones? ¿Se dará la extradición del célebre narcotraficante? ¿Quién se beneficiará con los despojos del imperio próximo a derrumbarse?…

 

A la mayor parte de los mexicanos, nos queda claro que el Gobierno de la República así como los medios con alguna ética profesional, realizan esfuerzos para llenar espacios con noticias objetivas, sin embargo, el rumor no cede. Se nutre en la desconfianza y está ahí, siempre dispuesto a crecer y multiplicarse.

 

De una forma u otra, la recaptura del “delincuente más buscado del mundo” tiene trascendencia internacional, nacional y en nuestro caso, estatal (y aún municipal). Los escenarios políticos se modifican, seguramente más en la imaginación de la gente que en la realidad. Los Estados Unidos, presionan para lograr la extradición, para llevarse también el mérito y algunos millones. Plumas “ilustres” que daban por muerto al Secretario de Gobernación, hacen acto de contrición y dicen: “perdón, me ofusqué”. Osorio, con la lealtad que le caracteriza, define su postura en torno al Presidente de la República y se compromete a seguir presentando resultados, sin prematuras inquietudes.

 

En Hidalgo todos los días amanecemos con nuevos rumores. La carrera por la gubernatura y otros cargos de elección popular enciende las pasiones, estimula las ganas de creer, genera las más absurdas hipótesis para que cada quien siga creyendo que su “gallo” es el bueno; se confunden los intereses con los análisis… Los eternos repartidores de puestos; “ya se ven” sentados en sitiales de privilegio, dispensando favores, cobrando agravios o desfaciendo entuertos.

 

Seguramente, en el “círculo rojo”, las decisiones, sus causas y las causas de sus causas ya son historia; para los simples mortales son futuro, que está a la vuelta. Sin dejarnos llevar por los rumores, esperemos los efectos con disciplina y confianza.

 

Enero, 2016.