LAGUNA DE VOCES

LAGUNA DE VOCES

Reaprender el agradecimiento

Ha sido el infierno para muchos, un calvario, pero también el camino sincero a redescubrir la magia que encierra el agradecimiento, la sincera vocación por volver a encontrar las raíces de la fe ya no solo en un Dios, cualquiera que sea la forma como cada quien lo conciba, sino en la humanidad; en el semejante que vestido de médico, enfermera, recepcionista, camillero, otorga la primera bendición de humanidad a quien llega con su enfermo a las puertas de un hospital.

Acostumbrados a que las guerras se desataran “allá en la lejanía de otro Continente”, de pronto nos vimos en medio del campo de batalla con los ojos de espanto porque a diestra y siniestra, se escuchaba el rumor del siniestro virus igual de mortal que el proyectil de un fusil. Comprendimos que se trataba de uno de los momentos más trágicos que seguramente nos tocará vivir.

El ángel exterminador no aparecía todavía en nuestra cuadra, o lo que es igual la calle donde pasamos la existencia. De alguna forma habíamos logrado escapar de la lista con más de 204 mil difuntos al día de ayer, y respirábamos, justo respirábamos porque lo podíamos hacer.

A esos miles y miles de mexicanos que de pronto un día se encontraron con la mala nueva de que su tiempo había terminado, deben sumarse la honda tristeza de sus familias, de los que seguro hoy mismo se miran y simplemente no atinan a continuar porque les falta una parte de su cuerpo.

Sin embargo también ganamos en volver a encontrarnos con el gesto de agradecimiento cuando el familiar poco a poco empieza a recuperarse, a dar muestras de que va a quedarse, a compartir lo mucho que a cada uno de los que vivimos a su lado la infancia, adolescencia y juventud nos regaló con su plática, su profundo conocimiento del ser humano.

Y por eso, nadamás por eso, será eterna nuestra gratitud a los doctores, a las enfermas y enfermeros, a los que llevan las camillas, a cada uno de los que sin dilación ofrecieron su apoyo sincero, pleno de amistad.

Nadamás por la pura esperanza que después se convirtió en certeza de recuperación, es posible empezar a entender que después de todo somos simples seres humanos que hasta el último aliento dirán con honestidad absoluta: ¡gracias!

Mil gracias, nos leemos mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

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