¡Peleando por un hueso!
Aunque para eso tengan que recurrir al trabajo más odiado, pero el más envidiado de estos lares donde el águila paró y su estampa dibujó en el lienzo tricolor, ser diputados, es un trabajo que debería considerarse de alto riesgo, por la incomprensión de los resentidazos sociales, que no toleran el triunfo ajeno, aunque sea por la vía más corta: la política.
Durante los próximos dos meses, veremos a quienes buscan con ilusión pasar a la historia o al olvido. A algunos quizá volvamos a verlos, otros, solo quedarán brevemente en nuestros recuerdos, antes de ser reemplazados por otros y otros, como cada ciclo legislativo en que mandamos al cuarto de servicio de nuestra a memoria a decenas de diputadas y diputados, que difícilmente sacamos de ahí, a menos que hagamos una limpieza a profundidad.
El que su trabajo legislativo haya sido o sea irrelevante, no significa que lo hayan pasado mal o se la vayan a pasar mal, al contrario, es como si se sacaran la lotería, porque hagan lo que hagan, no partirán con las manos ni los bolsillos vacíos, porque además de los renglones en su currículum, donde diga que presentó tal iniciativa o perteneció a tal comisión, durante tres años tendrán partidas especiales para autos, golosinas, galletas, café, viajes y hasta bonos de horas extras.
Los partidos políticos, han recurrido al reciclaje de sus cuadros más recalcitrantes y arcaicos, otros han tenido que recoger cascajo, para participar en este proceso electoral, pero ni piense que se tratan de dedazos o de compadrazgos, no, porque esas cosas solo pasan en Dinamarca, Suecia, Alemania, pero aquí jamás.
Sin embargo, durante las siguientes semanas, lloverán ofertas, quizá usted se impresione a la primera vista, eso es muy natural, pero elegir a un diputado, debería ser como cuando se compra un auto, primero le echa una revisada a la pintura, las vestiduras, pero también va a querer probarlo y si es inteligente o precavido, solicitará la opinión de alguien que le sepa, porque si lo hace como el tío Borras, se la pasará lamentándose, hablando mal del vendedor y obviamente, jamás le volvería ni siquiera a dirigir la palabra.
Si de por sí, cuando compramos algo, a veces no sale mal, o cuando elegimos pareja, nos va como en feria en el amor o cuando se cría un hijo, nos sale maleta, imagínese elegir a un diputado así nomás al aventón o yéndonos por las apariencias. Por fortuna la etapa de las campañas, es la que nos da la oportunidad de conocer el pasado, el presente y el futuro de los candidatos, eso nos ayuda un poco a saber en quién vamos a confiar nuestro voto.
Aunque en algunos casos y a pesar de que ya sabe cómo le va a ir, usted sigue eligiendo a los mismos, sabiendo que darán malos resultados. Pero seamos honestos, usted elegirá por el color que más le gusta o para evitar que llegue ese que usted tanto odia y lo hará por sentimiento o resentimiento, pero no por un análisis crítico.
En corto:
*Vicente Charrez, no está impedido legalmente para participar en la contienda electoral, oficialmente no le han comunicado ninguna suspensión de sus derechos políticos, esta mañana, tentativamente ofrecerá una conferencia de prensa.
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