Para que sigan acogiendo a emigrantes
- Francisco anima a los Gobiernos a “encontrar un justo equilibrio” entre los derechos de sus ciudadanos y la acogida
El papa Francisco subrayó: “gran parte de las causas que provocan la emigración se podían haber ya afrontado desde hace tiempo”. Les pidió “no se acostumbren al drama de tantas personas… () “pongan en discusión costumbres y prácticas consolidadas, empezando por los problemas relacionados con el comercio de armas, la inversión, la política financiera y de ayuda al desarrollo, hasta la grave plaga de la corrupción”.
Roma.- Durante su recepción anual al cuerpo diplomático, el papa Francisco pidió a Europa que no renuncie al “espíritu humanista que siempre ha amado y defendido” y siga dando acogida a “las miles de personas que lloran huyendo de guerras espantosas, de persecuciones y de violaciones a los derechos humanos, o de la inestabilidad política o social que hace imposible la vida en la propia patria”.
Según Jorge Mario Bergoglio, hay que “vencer el miedo inevitable ante un fenómeno tan imponente” porque “Europa tiene los instrumentos necesarios para encontrar un justo equilibrio entre el deber moral de tutelar los derechos de sus ciudadanos, por una parte, y, por otra, el de garantizar la asistencia y la acogida a los emigrantes”.
Durante un largo y profundo discurso en el que ha repasado sus viajes durante 2015 y la situación política mundial, el Papa ha reflexionado ante los embajadores acreditados ante la Santa Sede sobre “la grave emergencia migratoria”. Y lo ha hecho, en primer lugar, recordándoles que no se trata de un fenómeno nuevo. “Toda la Biblia nos narra la historia de una humanidad en camino, porque el estar en camino es connatural al hombre. Su historia está hecha de tantas migraciones, a veces como fruto de su conciencia del derecho a una libre elección; otras impuestas a menudo por circunstancias externas”.
Y a éstas se ha referido Bergoglio situando al emigrante, incluso, como ejecutores de un viejo mandato: “También hoy como entonces, escuchamos la voz de Jacob que dice a sus hijos: “Bajad y comprad allí el grano para nosotros, a fin de que sobrevivamos y no muramos”.
Es la voz de los que escapan de la miseria extrema, al no poder alimentar a sus familias ni tener acceso a la atención médica y a la educación, de la degradación, porque no tienen ninguna perspectiva de progreso, o de los cambios climáticos y las condiciones climáticas extremas. Todos saben que el hambre sigue siendo, desgraciadamente, una de las plagas más graves de nuestro mundo, con millones de niños que mueren cada año por esa causa”.