Aaaaaaaa!

Un grito interno y sostenido comienza a desestabilizar sus entrañas, los nervios y la alarma de que el miedo está por entrar completamente a su mente y también invadir todo su sistema nervioso la mantiene intranquila.

En un principio, cuando comenzó a planear el viaje la fecha se hacía eterna y la cuenta regresiva parecía emocional, imaginaba todo lo que iba a hacer, a recorrer, a disfrutar y vislumbraba la experiencia que estaba próxima a vivir.

Cada día integraba algo a la maleta, para que con las apuraciones no fuera a olvidar algo indispensable, pastillas para el dolor de cabeza o mareo, bloqueador solar, gorra, gafas, y también chamarra, gorro, bufanda, guantes y el infaltable cubrebocas.

Además de dos cambios de ropa para ambos climas, una pila alterna para el celular, cobijas, almohadas, y una mochila ligera en donde pudiera traer lo fundamental para hacer pagos, incluidas sus identificaciones oficiales.

Un día antes del tan esperado viaje y al contar con alegría sus planes, los comentarios encaminados al miedo bombardearon y mataron la ilusión, tenía que ir, todo estaba pagado pero ya no tenía la misma confianza y expectativa.

Después de una noche de insomnio, decidió levantarse animada, llena de vida e ilusiones, sabía que tenía que disfrutar y lo tendría que hacer sin miedo, pues la vida solo hay una y tiene que vivirla.