
Por un año se olvidó que cada uno es cada cual
Perdimos un año de nuestras vidas. La diminuta luz que se asoma al final del túnel, por fin, es una esperanza real de que en algún momento volveremos a salir a las calles, abrazar a nuestros seres queridos y reunirnos en la fiesta que festejará la vida. Pero recuperar doce meses será imposible. Recuperar el negocio cerrado imposible. Recuperar lo que se perdió irremediablemente, imposible.
Algunos aseguran que las vacunas que se aplican a cuentagotas en el país y luego de que se ha dejado bien claro que si el agradecimiento no se muestra en las elecciones de junio para dejar el Congreso como está, es decir capaz de mayoritear a quien se les ponga enfrente, serán unos mal agradecidos y a lo mejor un nuevo castigo divino les cae encima.
Los políticos ya empiezan a dedicar todos sus esfuerzos a lo mismo, es decir acumular más poder para que nadie los mueva de donde están. No cambian y no tienen por qué cambiar, porque tienen la encomienda de ser mártires de quién sabe qué transformación. Sus enemigos hacen lo mismo, pero para quitarlos y ponerse en su lugar. Y no, ninguno de los dos ha funcionado en términos reales.
Los primeros serán los que después pidan el voto porque estarán arrepentidos de corazón y alma; los segundos asumirán que ahora sí, ya todos puros y castos, serán el gobierno de la Única y Auténtica Transformación de Transformaciones.
Vivimos la era de los “Transformers”, pero bien que sabemos que son los mismos. Podrán cambiar de rojo a amarillo, de amarillo a guinda, de guinda a azul, pero son los de siempre.
Nos salvamos juntos pese a los que no van a querer dejar el poder y los que a toda costa se los quieren quitar.
La luz al final del túnel crecerá en tanto haya más y más vacunas.
Pronto, ya en la normalidad de antes, empezaremos a olvidar el año que se esfumó, y mucho tiempo después veremos que solo existió un héroe que podrían llamar el Gobierno de los “Transformers” que Transformaron el destino de México.
La historia contará lo que ordene el que tiene el poder en turno.
Pero nos salvamos, o al menos así lo quiero creer. Perdimos un año y miles y miles de parientes, conocidos, paisanos en el camino. Ellos no volverán nunca.
Como quiera, en estos tiempos, vivir ya es un lujo que no cualquiera se da.
Aguante.
A finales de octubre sabremos si la vida regresará a lo de antes.
Falta ya muy poco, así que no le juegue al valiente, menos al vivo.
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta