Sin duda fue un gran preámbulo para el arribo de Melchor, Gaspar y Baltazar

Un sin fin de sonrisas e ilusiones se desbordaron durante la tradicional cabalgata de reyes. Los pequeños reyes del hogar disfrutaron cada instante, saludo, sonrisa, luz, y esfuerzo, y no importó el tiempo que tuvieron que esperar para que llegara el desfile de sueños hasta el lugar donde se encontraban.

Para la mayoría de los asistentes, el previo para llegar a ocupar un espacio desde donde pudieran disfrutar el espectáculo fue difícil, luego que las arterias aledañas al Río de las Avenidas estaban totalmente ocupadas por automóviles, situación que también se reflejó en tráfico pesado sobre Colosio, avenida Madero y San Javier principalmente.

Sin embargo, la caminata para llegar hasta el Río de las Avenidas fue premiado con la variedad de alimentos, principalmente golosinas, entre ellas algodón de azúcar, frituras, manzanas cubiertas con chamoy, churros y aguinaldos; también con una diversidad de juguetes como: varitas, boomerangs y diademas, todas ellas luminosas; y no podían faltar los globos con helio para poder enviar la cartita a los reyes de Oriente.

El encendido de las bocinas y el inicio de la música avisaban la cercanía de la caravana; después de cinco minutos, tres elegantes carruajes transportaban a los esperados Reyes Magos, que en esta edición fueron los preferidos de las mamás y jovencitas. Le seguían un grupo de zanqueros que marcaban el paso con un ritmo contagioso, en tanto los duendes de la fábrica de Santa seguían el paso y saludaban a los pequeñines y no tan pequeñines; enseguida fue todo un desfile de grandes personajes: Mickey y Minnie Mouse, Goofy, Pato Donald y Daisy. También el elenco de Dora la exploradora, Bob Esponja, Monsters Inc, el cortejo de princesas, los súper héroes de Avengers, Peppa Pig y Cars.

Sin duda fue un gran preámbulo para el arribo de Melchor, Gaspar y Baltazar a los hogares, pero sobre todo con un gran sabor de boca para los papás que disfrutaron de las sonrisas de sus pequeños.