LAGUNA DE VOCES

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Virus en Marte

Llegamos a Marte cuando el virus se había mutado tantas veces que acabó por convertirse en una perfecta imitación de los humanos que mataba a diestra y siniestra. Así que no era un simple ser microscópico sino algo que había adquirido conciencia plena de su capacidad para matar, y por lo tanto dominar a los que obedecían ciegamente con tal de sobrevivir. De tal modo que decir “llegamos” es una simple aproximación, porque buena parte de la tripulación está conformada por estos enigmáticos personajes que hasta eso resultan ser bastante amigables en un primer momento, pero letales si algo no les parece o tienen la menor sospecha de que serán sujetos de una traición.

Sin querer nos convertimos en la raza más perseguida en la galaxia por llevar a hombros una enfermedad que casi acaba con la humanidad allá en la segunda década del 2000. Somos sus esclavos y nada podemos hacer, con todo y los intentos de verdaderos mártires de los que por desgracia nadie tiene memoria, porque sus cuerpos fueron usados para estos huéspedes que no dejan pasar día sin sorprendernos con su habilidad para adaptarse a cualquier realidad.

Marte, su colonización, tuvo que aplazarse año tras año, a la espera de que el virus fuera domado, lo que nunca sucedió y por el contrario se complicó hasta permitir una convivencia, en la que sin embargo ellos decidían y deciden quién muere y quién vive. No parece justo pero argumentan que fue su realidad durante siglos, cuando por su tamaño no tenían forma de defenderse, además que habían aceptado el destino que consistía en vivir y morir en un lapso apenas perceptible de tiempo.

Así que ahora nos toca hacerla de virus y a ellos de personas, aunque la verdad es mucho más fuerte el primero, amén de su capacidad para mutar no solo en nivel de peligrosidad sino de fisonomía. Por eso es que este viaje resulta tan importante: en Marte darán a conocer su versión mejorada de humanos a prueba de todo, incluso de ellos mismos.

Tantas vacunas, y no por el número sino por versiones, ocasionaron una reacción en cadena en el virus original, que de pronto se vio desintegrado hasta el nivel atómico para elaborar armas mortales en su contra a partir de la información desentrañada.

Lo cierto, lo único cierto, es que era de esperarse que todo terminara como hoy termina. De alguna manera el ser humano será reducido al tamaño de los virus que acabaron con él, será escondido en las catacumbas de Marte a la espera de que la historia se repita de manera irremediable.

Hoy por hoy nadie sabe quién es el verdadero virus y quién el verdadero humano.

Es probable que en el planeta rojo se quede una mezcla de los dos, o los primeros, o los segundos.

Ya nadie sabe en estos tiempos si se es virus, o si se es humano.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta