RETRATOS HABLADOS

Judíos errantes

De poco o nada han servido las ideologías en la realidad. En algún momento pegamos el grito al cielo por el pragmatismo a ultranza de los diferentes hombres de poder. Aún sosteníamos con absoluta seguridad que solo podía existir un camino, el que se fundamenta en la existencia de plataformas ideológicas, que por lo general eran la de una izquierda que clamaba por acabar con la derecha, y la derecha que detestaba a los primeros. 

Finalmente y con profundo sentido de agradecimiento al destino que nos había concedido la gracia de ver el amanecer de la justicia, llegamos a un destino que aseguramos justificaría la lucha de miles y miles, la muerte de otros tantos, y el ejemplo a nivel mundial de que en México se hacían realidad los sueños.

Hoy muchos, por supuesto no todos, no saben qué pensar de lo sucedido, de lo que sucederá e incluso preferiríamos achacar la incredulidad que nos empieza a perseguir, en la idea de que es muy poco tiempo para que lo anhelado se haga realidad.

Pero no pasa día sin que surjan más dudas, sin que se empiecen a pulverizar las palabras que justifiquen el necio sueño que de perderse nos amargará la vida para siempre.

Lo menos sería aceptar que desde el principio de los tiempos no había remedio para la locura que el poder genera en los seres humanos. Que no hay caminos claros para llegar a la justicia humana, y que de plano no está ni estará en la agenda de ningún caudillo del pasado, presente o futuro.

Ha surgido la desilusión y eso es lo más grave de todo, lo crítico, porque ya no habrá espacio para los sueños, y mucho menos las ilusiones.

Es el pragmatismo a ultranza, pero ahora de este lado, del que trazó un plan del que no modificará ni una coma, caiga quien caiga, muera quien muera.

Todos hacen lo mismo.

Cada cual con sus ambiciones.

Que no hay diferencia alguna, que todo es igual.

Que todos los caminos no conducen a Roma, sino al lugar donde abundan los ambiciosos, faltos de escrúpulos, carentes de todo vestigio humano: el poder, el malévolo poder.

Y no, aquí no hay ni habrá inocentes.

Es la misma historia, tendrá que ser la misma espera, porque igual que los Judios, andaremos errantes hasta la eternidad, en la espera de un Mesías del que no hay rastro desde siempre, en un país como el nuestro.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

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