ALFIL NEGRO

HARTAZGO CIUDADANO EN POLÍTICA 

La política, entendida como las acciones o actividades que llevan a decisiones que se supone nacen de la voluntad ciudadana, y que se orientan a fortalecer y hacer el bien para todos, como que se ha devaluado hasta convertirse en un conjunto de acciones y decisiones de un grupo poderoso, según sean los tiempos, en que se dice e invoca la voluntad de la gente para hacer finalmente lo que el que manda decide, en ocasiones verdaderos caprichos y ocurrencias.

Para ello, el poder que se dice, decide el pueblo con su voto, se reparte con los aliados, de tal manera que es una canción ya muy conocida en un disco rayado que repite nombres y caras con apuestas absurdas de gentes que han hecho del juego político su mejor carta para tener dinero y presencia  de fuerza.

Y sucede en todos los partidos políticos, en uno más que en otros, con verdaderos trapecistas y maromeros que un día son del PRI, luego del PAN, después del PRD y finalmente, porque es la época, juran que siempre han sido morenos.

El resultado es que los ciudadanos tienen hartazgo, cansancio de ver la misma historia y las mismas caras, y en muchos casos el mismo cuento de los candidatos que dicen tener la fórmula para componer las cosas.

En otros casos, se llegan a presentar situaciones que por lo menos divierten como los legisladores de Morena, muchos de ellos del muy venido a menos  Grupo Universidad,  que sin ser morenos se agandallaron las candidaturas y como en el 2018 simplemente con llevar el uniforme moreno se ganaba, llegaron a diputados verdaderas caricaturas que ni fríos ni calientes, sino todo lo contrario como decía Don Luis.

¿Hartazgo por qué? Porque se siguen dando las metidas de cuchara de los ambiciosos que se despachan con la cuchara grande cuando tienen la oportunidad y colocan en buenas oportunidades a su equipo de trabajo, porque no cambian las caras de los trapecistas como Baptista, Francisco Xavier, las pretensiones de poder de cacicazgos familiares como los Charrez y los Sosa, las intenciones de no dejar el hueso como diputados que sin ningún mérito quieren seguir en el cargo, sin dejar de aceptar que hay quienes merecen la reelección y una larga lista que provoca hartazgo y cansancio.

Súmele a todo ello la pandemia, para ver que el escenario no está fácil. Y no se puede olvidar que quien siembra vientos cosecha tempestades. No luego se quejen.

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