Uso de cubrebocas, responsabilidad social

Uso de cubrebocas, responsabilidad social

“Una solución de bajo costo y que debe formar parte de la normalidad de nuestra vida futura es el uso de cubrebocas”, así lo aseguró el mexicano Miguel Ángel Méndez Rojas, doctor en Química, Coordinador de “Una Ciencia”, un repositorio de información científica y Co-fundador de “Latin Xchem” un foro para la comunidad Química Latinoamericana.

De acuerdo con el divulgador en Química y Nanotecnología, hay virus grandes, medianos y pequeños. Por ejemplo, el virus del ébola, que es tan grande que puede ser detectado con un microscopio óptico convencional, el SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19 es tan pequeño que sólo podemos percibirlo con un microscopio electrónico. Por su tamaño, está considerado en el rango nanométrico.

El investigador aseguró que cuando se genera el contagio en el organismo, ocurre una batalla a escala nanométrica, en donde células y macromoléculas actúan como defensa en el cuerpo contra esta infección, se confrontan con el SARS-CoV-2 tratando de neutralizarlo. Sin embargo, al no tener anticuerpos naturales, un organismo infectado no puede defenderse. 

Miguel Ángel Méndez Rojas, doctor en Química.

En el organismo, el virus infecta, entra a la célula y secuestra su maquinaria celular para copiar su ARN y producir proteínas virales que se ensamblan para producir copias del virus, aseguró el miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel dos (SNI II).

Describió además que una persona sintomática o asintomática puede transmitir el virus a partir del día 4 de la infección. Normalmente a través de diseminación de gotas y aerosoles, refiriéndose a un estornudo que expulsa hasta 3000 gotículas, viajando entre 10 y 50 metros por segundo y llegando hasta a 10 metros de distancia. 

Sobre el tiempo que puede llegar a flotar el virus en el ambiente refirió que: “Las gotículas más pequeñas como los aerosoles (estornudo), pueden mantenerse hasta por 30 o más minutos flotando libremente en el ambiente, depositándose en superficies o pudiendo ser inhaladas si una persona carece de protección apropiada como un cubrebocas”.

Aseveró que para evitar contagio por aspiración de aerosoles es una cuestión de asegurar que existan barreras físicas efectivas (cubrebocas) que impidan el paso de las gotículas en donde el virus está presente, ya que el virus en sí, es más pequeño que las gotículas.

Describió que al interaccionar con una persona infectada, sintomática o no; que no usa cubrebocas, se tiene un riesgo máximo de exposición y contagio si uno tampoco lo usa. Si la persona infectada usa cubrebocas, disminuye la probabilidad de contagiar a la gente con quien interacciona.

Afirmó que por su tamaño, las gotas de más de 10 micras pueden quedar retenidas en cubrebocas quirúrgicos plisados convencionales, mientras que los aerosoles pasan sin problema. Para detenerlos es necesario emplear un N95 o similar.

Sobre las superficies y como se contaminan confirmó que el virus depositado en distintos tipos de superficies tiene tiempos de permanencia diferenciados, dependiendo de la naturaleza de la superficie como rugosidad, composición química y condiciones ambientales o humedad. Razón por la que es importante asegurar la desinfección de manos y superficies contaminadas de forma periódica y apropiada.

Manifestó que nada mejor que lavar las manos con agua y jabón para destruir e inactivar el virus, siendo una solución de bajo costo, que debe formar parte de la normalidad de nuestra vida futura.

“Inactivar por otros métodos el virus como luz ultravioleta o calor, aunque puede ocurrir, no es tan efectivo y no es práctico para un organismo vivo. Ya que no querrás exponer tus manos a luz ultravioleta o calentarlas a más de 80 grados centígrados por una hora”, compartió.

“No es recomendable los cubrebocas con válvula pues permiten la salida de partículas virales del portador hacia quienes le rodean. Sin cubrebocas, el flujo de aire desde el exterior al individuo y de éste al medio es continúo y sin ninguna restricción”.

Así que la medida más simple y efectiva que puedes continuar haciendo, y pedir a los demás que cumplan en espacios públicos ya sean abiertos o cerrados, en el transporte público o en el trabajo, es emplear un cubrebocas. Y concluyó: “¡Hazlo por ti. Hazlo por los demás. Usa cubrebocas!”.

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