ALFIL NEGRO

OCTAVO MANDAMIENTO 

La palabra, esa facultad que tenemos los seres humanos para expresarnos, es sin duda un elemento clave en la convivencia de todos, porque es finalmente la forma que tenemos para decir en sonidos lo que pensamos y decidimos en las diversas circunstancias de la vida.

Porque palabras sin ideas y razonamiento, no son más que sonidos huecos.

La palabra es importante siempre, y de ahí surgen esos consejos que se dan cuando se dice “fíjate en lo que dices”, “no hables de más”, ” siempre di la verdad”, que llega a ser ley moral en el octavo mandamiento: “no mentirás”.

Porque la verdad es que se miente mucho en intentos de engatusar  al de enfrente, porque si no se hace, algo no se gana o algo se pierde.

En política hay muchas mentiras con disfraz de verdad, en una devaluación terrible de la palabra, que se manipula por lo que los políticos buscan de ganancia en poder o dinero.

Y así podemos empezar por la propaganda política de los partidos políticos.

Todos, sin excepción, se presentan como la solución de nuestros problemas, con el consabido golpeteo a sus rivales.

Ellos y nadie más que ellos, tienen la varita mágica para acabar con la pobreza, la marginación, los delitos y la delincuencia, y ser la gran respuesta para los problemas de la gente. 

Y cuando se dice todos, es que son todos.

Desde luego, los hay que logran ya con el poder tener logros, tampoco hay que negarlo, pero no todo lo que prometen en las campañas se puede lograr porque ellos saben que muchas de sus promesas para cumplirse requieren el aval de sus rivales que nunca se los van a dar.

El PRI perdió el poder por hacer de la mentira un esquema de abuso contra la  gente, y Morena ganó porque prometió una actuación de honradez y de servicio.

Ya en los hechos, por lo menos en Hidalgo, los morenos fueron un fracaso y sobre todo con el Grupo Universidad como dueños del partido desde el Congreso tanto local como federal, exhibieron incapacidad y abusos contrarios a sus palabras de campaña. 

La gente se los cobró el 18 de octubre.

El uso de la palabra ha sido siempre un problema para muchos políticos ya en el poder, porque todo indica que ya en las nubes poderosas lo que buscan es imponer su visión de las cosas, y el uso y abuso de la palabra va creando hastío y desconfianza,  y al final un divorcio fuerte entre poder y ciudadanos.

Sobran palabras y discursos, se abusa de la palabra y la manipulación .

Cuesta mucho llamarle al pan, pan y al vino, vino, porque piensan que así no se gana y entonces se miente.

Y la cosecha a veces se logra, pero muchas veces ya no.

Si se dice la verdad se piensa que se siembra desaliento y que el ciudadano no apoya ese modo de hacer política.

Lo cierto es que con mentiras no se tiene el horizonte claro, porque no se ve la realidad  sino un mundo ficticio.

Y pensar que todo es cuestión de saberse los mandamientos, hasta por cultura, para aceptar que en el octavo se dice bien claro: “no mentirás”.

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