PEDAZOS DE VIDA

PEDAZOS DE VIDA
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Una semana, dos semanas: tres muertos

Cuando se llevaron al tío Joaquín, nadie dijo nada, todos en silencio sentían esa culpa que lo perseguiría toda la vida, aunque también no podemos dejar pasar que; mucho, mucho, mucho, así que se diga mucho que se hubiera cuidado mi tío, pues la verdad no, pero cuando la muerte llega, todos son santos, todos son buenos y todos son jóvenes. 

Se lo llevaron vivo, todavía movía la cabeza; con la mirada, yo digo, que alcanzó a ver quiénes estaban preocupados a su alrededor. Pero ya no regresó, la cajita de sus cenizas está en el altar junto al Santo Niño de Atocha y la Virgen de San Juan de los Lagos, ahí, mientras viva mi tía Remedios, nunca le faltará luz. 

A don Felipe sí le hicieron velorio, pero la caja venía bien enredada, y dicen que de ahí se contagió la Cecilia, y algunos más de los que fueron, pero la Cecilia se puso grave, estuvo como dos semanas muy enferma, luego comenzó a recuperarse, tuvo suerte de tener un lugar en buen hospital, ya anda como si nada. 

Pero este fin de semana fue el tío Joaquín, la semana pasada fue doña Lola y el señor al que le decían “el gavilán”. Todos se están yendo, bien dicen que la vida y la muerte son lo mismo; vamos creyendo que vivimos pero en verdad cada día morimos; damos gracias por un día más de vida, pero en realidad es uno menos, ¡qué caray!,  que Dios los tenga en su Santa Gloria… 

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