“En Francia todavía la situación está bastante delicada, empiezan a recibir casos sobre todo de las variantes de las diferentes cepas que empiezan, hay incertidumbre y cansancio”, informó Melisa López Castañeda, mexicana originaria de la Ciudad de México, radicada en Francia desde hace seis años y medio.
Recordó que ante el surgimiento de la enfermedad la principal medida fue el confinamiento, el cual inició en marzo de 2020 para concluir en mayo, después, algunos lapsos del verano estuvieron libres, pero cuando vieron que empeoraba pusieron un segundo confinamiento, que fue un poco más flexible.
Agregó: “el primero fue muy duro, todo estaba cerrado, para salir solo tenías una hora y solo podías recorrer un kilómetro y en el segundo confinamiento había más cosas abiertas, más flexibilidad, pero el virus seguía presente y pusieron toques de queda, a partir de las seis todos debían estar encerrados, estamos esperando si hay un tercer confinamiento, por eso hay mucha incertidumbre de lo que dirán en los próximos días”.
López Castañeda refirió que el toque de queda ha generado un sentimiento de frustración, porque la gente que debe salir a trabajar en horario de oficina, cuando sale encuentra todo cerrado y no puede abastecerse de enseres para el hogar, además de que sigue restringido el contacto social.
Señaló que la situación de aislamiento ha sido más complicado para los adultos mayores y los estudiantes: “sobre los estudiantes internacionales, hay muchos, la viven mal, un confinamiento es algo muy fuerte porque están fuera de su hogar, no tienen familia y muchos de ellos trabajan y con lo de Covid muchos trabajos se paran y han perdido su trabajo, les ha afectado el distanciamiento y la situación económica, muchos estudiantes con poco presupuesto viven en cuartos de nueve metros cuadrados, pero el gobierno está consciente y está empezando a tomar medidas para ayudarlos”.
