- Surge movimiento estudiantil en Venezuela; piden la destitución del director de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), Manuel Pérez
- También que se derogue la muy polémica resolución 008610 del Ministerio de la Defensa
Caracas.- La indignación corrió como si fuera pólvora en Venezuela, un país que no quiere acostumbrarse a vivir en permanente estado de vértigo. El asesinato a sangre fría de Kluiverth Roa, de 14 años, a manos de un policía bolivariano durante una protesta en San Cristóbal en la que el niño no participaba, conmocionó al país y provocó la reacción airada del movimiento estudiantil.
Las protestas se sucedieron en Zulia, Barinas, Mérida y Carabobo, además de en Táchira, donde se vivió un día de duelo. Y sobre todo en Caracas: un grupo nutrido de estudiantes logró acercarse a la sede del Ministerio de Interior, en el centro de la capital, para exigir justicia. Llevaron cuadernos pintados con manchas rojas, que simbolizaban la sangre del chico asesinado y en sus camisas un mensaje que hoy parece imposible: “Reconciliemos al país”. Los jóvenes activaron lo que ellos definen como “operación comando” para acceder en secreto hasta la zona ministerial ante la prohibición de manifestaciones. Ni medios ni redes.
“El Gobierno quiere callar las voces que piden cambio. A veces tras las rejas y otras bajo tierra. ¡No más hermanos caídos!”, clamó Hasler Iglesias, presidente de la Federación de Centros Universitario de la Universidad Central de Venezuela.
Los estudiantes exigen la destitución del director de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), Manuel Pérez, y que se derogue la muy polémica resolución 008610 del Ministerio de la Defensa, que permite el uso de armas de fuego en las manifestaciones. (Agencias)