Fanfarrias
Fue recibido con fanfarrias, que armónicamente eran emitidas por trompetas que portaban cientos de gallardos hombres apuestos que formaban una impresionante valla para recibir a un grande, a un guerrero.
Era recibido con gloria después de una legendaria batalla, una en la que luchó hasta el último momento, el enemigo era mundialmente conocido pero contrariamente su debilidad para atacarlo y vencerlo es desconocida.
Su lucha fue sin descanso pero siempre se mantuvo firme, sin miedo pero con angustia por ser un ejemplo y cumplir con su palabra de regresar con los suyos, porque así lo había prometido, lamentablemente la última estocada fue mortal.
Su partida significó un gran golpe para sus hermanos de armas, quienes lloran desconsolados mientras recuerdan las grandes peleas y misiones que cumplieron juntos, siempre hombro con hombro.
Hoy, el cielo envía una señal a los que se quedaron, familia, amigos y su hermandad eterna, en confirmación que había sido recibido con todos los honores y ahora formará parte de la guardia celestial.
El firmamento dibuja perfectamente con las nubes un enorme ser mitológico, un guardián ancestral lanza fuego, un enorme dragón que ahora tendrá nuevas misiones, que en su vida terrenal protegió a los suyos y que en su vida celestial lo seguirá haciendo.
Un gran guerrero, hombre, persona, padre, esposo, hijo y hermano se ha ido, pero sus recuerdos y hazañas se quedan en cada uno de nosotros. Hasta siempre dragón, hasta siempre hermano de armas, hasta siempre tío Cuellar.
