Ocupas
I
La sombra llegó ese día, luego el viento que había anunciado la tragedia se marchó, como huyendo de lo que sabía que venía detrás. El agua comenzó a caer y las nubes descargaron su negrura en las calles de la ciudad; con ella vino la enfermedad, el lodo putrefacto y los rezos de aquellos que, ante la calamidad, recobraron la fe.
II
Una vez que se creyó que el sol comenzaría a abrir paso entre las tinieblas, nuevamente como un ojo, se cerraron las nubes y el sol quedó oculto, nuevamente comenzó el diluvio y de nada sirvieron los cristales de las grandes mansiones ni las albercas dónde jugaron los jóvenes, aún las estructuras de hierro se vencieron tras las cuatro tormentas que arrasaron todo.
III
Desde entonces, La Horquilla se convirtió en un pueblo fantasma, en una ciudad derrumbada, en la que la naturaleza fue sepultando las partes de la estructuras que quedaron de pie, ya no había espacio para los humanos, había sido suficiente y la naturaleza comenzó así la persecución del hombre y la recuperación del espacio. No había otra forma, Dios había cambiado de parecer.
