UN INFIERNO BONITO

EL PISTACHE

Jesús “El Pistache” era un cuate a toda madre, trabajaba en la mina de San Juan Pachuca, tenía fama de ser un verdadero campeón para empinar el codo, su vieja “La Chona” siempre lo andaba cuidando, principalmente los sábados, para que no la fuera a dejar sin gasto. También era un gran escapista con los aboneros.

Pero un día, se metieron a la cantina “La Bandera Roja” y ahí estaban los del Sindicato Minero, uno de ellos estaba hablando de los mineros, decía que eran una bola de flojos, pero que él se iba a encargar de correr a la gente floja. Eso molestó al “Pistache” y le fue a parar el alto.

  • ¡Fíjate cómo hablas cabrón, gracias a los mineros comes, y tu vieja anda zapatos de tacón alto, si no anduviera como la mía, con huaraches o como pata de perro, somos de familia honrada!
  • ¡Cállate pinche indio piojoso! Porque te puedo meter a la cárcel, no sabes con quién te estás poniendo, yo soy el Presidente de Honor y Justicia del Sindicato de Trabajadores Mineros Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana. Sección número 1 y para demostrártelo te voy a rajar la madre.

Le dio un golpe en el hocico, que lo tumbó y se armó el desmadre, todos contra todos, llegó la policía y corrieron,  sin embargo agarraron al “Pistache”, que gritaba:

  • ¡Yo voy a matar al pinche presidente, se los juro por mi jefecita!

Al escuchar eso, fueron golpeados con el arma él y su compadre “El Chilindrina”.

Cuando no llegó a su casa, se preocupó mucho su vieja “Chona”, sintió en el corazón que le había pasado algo, sabía que era borracho, pero fiel como perro. La señora no lo pensó mucho y fue derechito a la casa de su suegra.

  • ¡Buenas días suegra, vengo a ver si de chiripada no ha visto a su hijo, no llegó a dormir!
  • ¡Que caray, por andar de pinche borracho le puede pasar algo! ¿Ya le preguntaste a mi compadre “El Chilindrina”?
  • ¡Ya, pero dice mi comadrita que tampoco llegó, han de andar juntos!
  • ¡Vamos a buscarlo, me voy a llevar un palo, y nada más lo encuentro en la cantina, me cae que se lo quiebro en el lomo!

Las dos señoras bajaron al centro y recorrieron cantinas, “Las Águilas”, “El reloj de Arena”, “La Estudiantina”, “El Relámpago”; y al no encontrarlos, se regresaron a su casa a ver si había llegado, uno de los vecinos les dio un tip.

  • Ayer, como a las 9 de la noche, iba su señor “El Pistache” con “El Chilindrina”, en eso pasó una camioneta de policía, y los subieron de las greñas, creo que los confundieron con la pandilla de “Los Calcetines” porque les pusieron el rifle en la cabeza!
  • ¡Válgame la Virgen, a lo mejor ya me lo mataron!

Las dos mujeres regresaron a la Dirección de Seguridad Pública y preguntaron:

  • ¡Buenas tardes, señor policía, perdone, ¿no está aquí un señor que se llama Jesús Hernández? Lo acompaña otro señor grandote, lleno de barros.
  • ¡Aquí lo tenemos guardadito, por hablador!
  • ¿Cuánto es de multa?
  • ¡Cuatro mil pesos!
  • ¿Pues a cuántos mató?
  • Aquí reportaron los compañeros que, en plena vía pública, aparte de andar en estado de ebriedad, junto con otro canijo, gritaba que le iba a dar en la madre al presidente. Pasaron los granaderos  y les dijeron que se callara el hocico, que respetara al presidente en turno. Les mentó la madre y volvió a decir que iba a madrear al presidente. Por radio le hablaron a la Comisión de Derechos Humanos para que le dieran chance de darle de macanazos.
  • ¿Como es posible que quiera desmadrar al presidente?  ¿Qué va a decir  doña Beatriz? A lo mejor quería romper una botella de brandy Presidente!
  • Eso pensaron los compañeros, pero, les dio las señas particulares.
  • Si no paga, ¿cuántos días lo van a tener?!
  • Aquí las 72 horas, y luego lo pasamos a la grande.
  • ¿Con quién puedo hablar para que le haga una bajita?
  • ¡Con nadie señora, aquí son multas fijas!
  • ¿Me da permiso hablar con él?
  • ¡Hijole señora, me la pone pelona, tengo orden del jefe que nadie pase a verlo, que esté incomunicado. Pero si se mocha para el café, le doy un minuto.

La señora entró, tras las rejas vio a su viejo todo madreado, tenía un ojo cerrado y la trompa de puerco.

  • ¡Ya ves viejo, por querer madrear al presidente, lo que te pasa!.
  • ¡Busca a un abogado!
  • ¡No mames, nos deja en la calle, esos güeyes cobran como magistrados, se parecen a las prostitutas, solo se mueven cuando tienen el cliente encima!
  • ¡Date prisa vieja,  estoy desesperado, soy capaz de planear una fuga o armo un motín!
  • No te arriesgues, viejo, te vayan a dar un balazo a medio perro. Ya ves que los policías tiran a lo pendejo.
  • ¿Dónde está mi jefa?
  • Está allá, con los cuicos, pobrecita viejita, cuando le dijeron de la multa brincó como chivo, y le ganó de la chis.
  • Ya me voy, porque el pinche policía nada más me está espiando. Ha de pensar que estamos planeando el gran escape.

Llegó con su suegra y le platicó cómo lo encontró:

  • Necesitamos sacarlo de volada suegra, está todo desmadrado y ha de hacer mucho frío allá adentro, porque dice que le dieron una calentadita.

A la señora Juanita se le rozaron los ojos, y dijo que lo iba a sacar a su hijo a como diera lugar. Llegó a su casa, y le dio en la madre a la alcancía, sacó todas las monedas y logró juntar la cantidad, fue y la pagó para que lo dejaran salir.

  • Ya ni la chingas, hijo, me metes en cada bronca por tus malditas borracheras, ya me quedé en la calle, gasté todo lo que tenía
  • Perdóneme mamacita, pero yo no quito el dedo del renglón, le voy a dar en la madre al presidente, o de una vez me lo echo al plato, pero eso será después, ahorita voy a echarme un pulque, para que se me olviden las 24 horas que estuve encerrado como pájaro, en una jaula.
  • Mejor vete a tu casa, hijo, te das un baño con agua fría para que se te mueran las pulgas,  como te dormiste en el suelo, pareces carbonero
  • Ahí las alcanzo, sirve de que me esperan con un plato de caldo de pollo.

Las señoras llegando a su casa se pusieron en chinga loca, para hacer de comer, pero pasó el día y “El Pistache” no llegó. Le dijo la señora:

  • “Chona”, por favor échate una vuelta a la cantina, y si está, sácalo de las greñas, este gûey no entiende que el gobierno necesita dinero y manda a sus popochas, a que se lleven a cualquier borracho y le cobran multa como si fuera un asesino. 

La vieja del “Pistache” recorrió muchas cantinas, hasta que por fin lo encontró en “El Campeón”, se lo llevó a jalones poniéndolo con palo de perico, cuando llegó su jefa lo acabó de zurrar.

  • ¡Ya ni la chingas, cabrón! Me tienes con el Jesús en la boca, pensé que te habían llevado de nuevo al botiquín.
  • ¡Yo solo quiero y voy a partirle la madre al presidente!
  • ¡No te metas con él!
  • ¡No jefa, anda picando chueco, al que voy a madrear es al Presidente de Honor y Justicia del Sindicato Minero, porque me quiere correr de la mina!
  • Que susto nos distes y nos metiste en broncas, ahora al que le voy a dar en la madre, es a ti, como lo dijiste en público, todos pensaron que al que querías matar al presidente de la República, por eso te golpearon. Para que ya no la andes zurrando a lo loco, diles que quieres matar a otro presidente.

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