#ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO
- El sábado pasado quienes asistieron a Santa Matilde no salieron defraudados, Leonardo Zataraín se enfrentó aun novillo grande
DATO
En cuanto a los alternantes a pie, el Matador Pablo Samperio lidió un bonito novillo castaño
Decenas de Festejos Taurinos se celebran a lo largo y ancho de la República Mexicana al margen de las candilejas y el oropel de las grandes Plazas de Toros.
Estimados Amigos saludándolos con el gusto y el afecto de siempre desde este espacio de Plaza Juárez. El pasado sábado 12 llevó a cabo el “Festival Taurino Guadalupano” en la localidad pachuqueña de Santa Matilde, al sur de la ciudad, programado por el Comité de Festejos para la Virgen de Guadalupe, que preside el entusiasta Ingeniero Eleazar Villegas, que con el apoyo del MVZ Misael Monroy Galindo -integrante del Grupo Forcados Amadores de Hidalgo- se echo a cuestas la organización del festejo taurino, primero que se organiza en esa población.
Como lo informamos oportunamente, el cartel lo integraron el Rejoneador hidalguense Leonardo Zataraín, con el Grupo de Forcados amadores de Hidalgo, en tanto pie a tierra el Matador Pablo Samperio Llano, el Novillero Juan Rodolfo Islas y el becerrista poblano Carlos Emilio, quienes lidiaron ejemplares de Paredes, debemos subrayar que el evento fue totalmente gratuito.
El escenario del festejo fue el Lienzo Charro “La Herradura”, de la localidad, un espacio en construcción, con carencias que de una u otra forma han venido subsanando los integrantes del Comisariado ejidal de Santa Matilde, la falta de graderío no fue obstáculo para que se agrupara en torno al redondel un buen numero de aficionados y entusiastas vecinos de lugar, que pasaron una tarde por demás agradable, con las limitaciones propias este tipo de festejos, que si bien es cierto carecen de la parafernalia de los Cosos Taurinos de primer nivel se llenan de afición e ilusión taurina de quienes en ellos actúan demostrando su enorme afición, valor y verdad en su quehacer torero, sin reparar en el riesgo eminente de poder ser heridos y no contar con las condiciones necesarias de atención médica.
El sábado pasado quienes asistieron a Santa Matilde no salieron defraudados, Leonardo Zataraín se enfrentó aun novillo grande, feo de tipo, descastado, agarrado al piso, en fin de mal estilo, sin embargo el caballero hidalguense porfió, siempre tratando de agradar al público, en rejones y banderillas, desgraciadamente no redondeó su actuación por fallar al matar. Por su parte los Forcados Amadores de Hidalgo hicieron dos emocionantes pegas, una a cargo de su Cabo Guillermo Espindola y del MVZ Misael Monroy Galindo.
En cuanto a los alternantes a pie, el Matador Pablo Samperio lidió un bonito novillo castaño, que se dejó meter mano, al que saludó con dos faroles de rodillas para después lancearlo con buenas maneras a la verónica, con la muleta realizó una faena bien estructurada, doblándose toreramente con el novillo hasta hacerse de él y a continuación pegarle series en redondo muy templadas, enseñando la experiencia y el sitio que actualmente tiene, mató de pinchazo y entera en buen sitio para cortar una oreja. Sin lugar a dudas Samperio es ejemplo de los toreros que podrían funcionar si se les ofrecieran mayores oportunidades.
Con el tercero del festejo, un eral bravo de buen estilo, el novillero mexiquense Juan Rodolfo Islas se desbordó en afición y buenas maneras para hacer el toreo con capa y muleta, gustándose al hacer el toreo en redondo, sobre todo por el lado derecho, no obstante la acusada debilidad de astado, desafortunadamente cobro una estocada defectuosa que calo al novillo, siendo premiado con una fuerte ovación.
Cerró plaza el becerrista Carlos Emilio, un niño oriundo de Puebla, que acusa intuición y conocimientos taurinos sobresalientes para su corta edad, haciendo el toreo de acompañamiento, no solo dejando pasar al becerro, intentó, todo lo pensable, ya con la capa, ya con la muleta, siendo ovacionado durante su quehacer por el público que le reconoció el esfuerzo del chaval.
La gente se retiró contenta al termino del festejo, si bien es cierto que muchos de los asistentes no cuentan con conocimientos taurinos el quehacer de los toreros llenó de emoción el recinto para al final salir todos contentos.
Festejos como el del sábado pasado en Santa Matilde, nos llevan a la reflexión de la existencia de “otra Fiesta Brava”, en la cual el brillo de los bordados nuevos esta muy lejos, en la que quienes actúan lo hacen llevados por la afición, que no les cabe en el cuerpo, que por los dineros que pudieran ganar; una fiesta a la que pocos “aficionados” citadinos toman en cuenta, que se debiera vivir para conocer la realidad en la que viven muchos de los actores taurinos, que como lo hemos comentado en otras ocasiones carecen de los recursos indispensables, en la actualidad, para torear en plazas de primera, ante ganado de primera y con alternantes de primera.
Ver a nuestro querido Pablo Samperio cambiar de rodillas a un novillo en un escenario tan modesto, solo nos lleva a reconocer la afición y vocación torera del coleta pachuqueño. Olé Matador.
Por ahí nos vemos ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO si Dios lo permite.