RETRATOS HABLADOS

Cierre de año

De lo único que puedo estar cierto es que, cuando menos de intención, nos volveremos a leer en este mismo espacio hasta el próximo lunes 4 de enero, ya del 2021. Como quien dice escribo la última columna del año más complicado y raro que me haya tocado vivir en una existencia que está por prolongarse a los 60 años en noviembre próximo, si es que antes no me agarra el virus que roba el aliento.

Todos los lugares ya son comunes a estas alturas del Covid-19, desde los que en un principio celebraron la “oportunidad” de reencontrarse con la empatía, la hermandad, la belleza y otras cosas, hasta los que últimamente han decidido que ni fue oportunidad que mucho menos derivó en tantas cosas buenas. Es más, plantean que todo resultó un engaño de los que quieren ver todo con los ojos del optimismo.

Puede ser que lo que ahora venga es dejar de hablar del mentado virus, ignorarlo, cosa que al principio intentaron hacer por todos los medios las autoridades federales que consideraron que el desprecio era la mejor estrategia frente al Coronavirus.

Ni la mucha atención que se puso en otros países, ni la nula acción dieron los resultados esperados, de tal modo que empezó a cumplirse la profecía aquella de que “el que se va a enfermar… se va a enfermar; y el que se va a morir… se va a morir; y el que no se va a morir… pues no se va a morir”.

Así de simple.

En el cierre del 2020, que se suponía principio de nueva década y que por supuesto no lo fue, por lo que no sería imprudente plantear la posibilidad de que se le desconozca como año en forma, y simplemente sea recordado como el año que no fue.

Es decir borrón y cuenta nueva, con todo y que eso implicaría en términos reales la ampliación del sexenio presidencial y del gubernamental en algunos Estados de la República.

El problema radicaría en olvidar a los difuntos.

Podría ser achacada su desaparición a una “abducción masiva” a cargo de malévolos extraterrestres.

Bueno, es una posibilidad.

El hecho es que a punto de terminar diciembre, tal vez sea tiempo de poner en marcha la estrategia para ignorar y despreciar al Covid, incluso impulsar la propuesta de que sea desconocido como autor de tantísimos fallecimientos y adjudicarlos a otra enfermedad más seria y con abolengo.

Es muy posible que olvidado y ninguneado, nos despertemos el primer día del 2021 con la buena nueva de que hizo sus maletas y se fue para siempre.

Pero bueno, es una simple posibilidad.

En tanto, celebro con usted, lector, lectora, que primero hayamos cargado a los peregrinos en la Nochebuena y Navidad, y que estemos por celebrar la última noche del año. Es ganancia llegar vivos.

Pero si usted perdió a un pariente, amigo o conocido, le abrazo con sincera solidaridad y cariño, porque no es fácil saber que nunca volveremos a ver a una persona que quisimos y queremos.

Quiero desearle que goce de buena salud en el 2021, que lo demás vendrá por añadidura. Que aprendamos a gozar cada día con las ansias del que sabe la fecha en que partirá de este mundo, y por lo tanto incluirá demostrar amor a sus semejantes.

Nos volvemos a leer el lunes 4 de enero.

Mil gracias, hasta entonces.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

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