El pasado 25 de diciembre, fue un día atípico, ya que además de la soledad que regularmente hay en las calles el día de Navidad, la normativa que obliga a cerrar negocios a las seis de la tarde, hizo que a partir de esta hora la ciudad asemejara un pueblo fantasma, sólo se veían los carros particulares y de vez en cuando alguna colectiva, lo que generó una gran oportunidad para taxistas que en trayectos donde regularmente cobran 40 pesos, pretendían cobrar hasta 70.
Usuarios de algunas rutas se quedaron sin transporte público, ya que no hay forma de utilizar otro como el Tuzobús, así los que viven en colonias como Solares, o Guadalupe, Campestre y otras se quedaron sin transporte y tuvieron que hacer uso de taxis con costos un tanto elevados, de igual forma se notó incremento de precios en los taxis que ofrecen servicios afuera de la Central de Autobuses.
En una distancia de la Central de Autobuses a El Palmar alcanzaba tarifas de hasta 60 pesos, hacia Campestre o Carboneras entre 70 y 80 pesos, y al Saucillo precios que no bajaban de los 70 pesos, en tanto de Cenhies a Solares hasta 80 pesos, por poner algunos ejemplos.
Lo anterior se da en el marco de las medidas sanitarias implementadas en la capital hidalguense para aminorar los estragos y contagios por el Covid-19, sin embargo la medida afectó a decenas de trabajadores.
