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UN INFIERNO BONITO

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DOS MUJERES VENDÍAN MEDICINAS CONTROLADAS

Los uniformados detuvieron a dos mujeres que se vestían muy provocativamente, con un vestido tan corto que al caminar enseñaban las nalgas, los conductores abrían los ojos y se les caía la baba al verlas. Ellas vendían medicamentos controlados, de los llamados “Pericos”, a los traileros.

 

Rosalba García Reyes y Estela Benítez, estas viejas se caían de buenas, pero les cayó el chahuistle, los uniformados en la Región de Tula- Tepeji las esculcaron hasta por debajo de los calzones y les sacaron más de 200 pastillas; vieron cuando se las estaban vendiendo a varios choferes sin receta. Los que se cubrieron de gloria fueron los gendarmes de Mixquiahula Hidalgo, quienes las capturaron por separado.

A Rosalba se la achicalaron en la madrugada del sábado sobre la carretera a Querétaro a la altura del kilometro 70 de la colonia San Juan, de ese municipio, fue descubierta cuando caminaba como yegua fina meneando la cola, cada que pasaba un trailero se agachaba, el chofer se paró pero la mujer se fue rápido cuando vio que los cuicos que la seguían, estos vieron que apresuradamente metía algo dentro de su bolso que le colgaba en el hombro.

La pararon en seco pensando que les vendía amor, y que eso está prohibido hacerlo al aire libre, les dijo que no, que solo los saludaba de mano deseándoles buen viaje. Uno de los uniformados le quitó el bolso, lo abrió y le preguntó que porqué andaba vendiendo pastillas anticonceptivas, que era mejor usar condón. El comandante la interrogó, le preguntó que para qué eran las pastillas que vendía, les dijo que para que no se durmieran manejando y se dieran en la madre.

Le recogieron las pastillas e hicieron un inventario, 13 sobres de tabletas “Testiton”, 47 cápsulas de “Obeclox” (clobenzorex) de 30 miligramos, 12 capsulas de “Anselix” de 30 miligramos, y llevaba mil pesos y morralla, dijo la mujer que ese era su trabajo, vender pastillas.

Por otra parte, Estela Benítez también vendía “pericos”, les dieron el pitazo a los uniformados y la pescaron en el momento que le vendía a un chofer unas pastillas, fue cuando la agarraron y preguntaron que para qué servían esas pastillas, les dijo que eran para que no les apestara el hocico.

Les dijo que a ellos, por ser policías, se las dejaba a medio precio, porque les hacía mucha falta. Se la llevaron y la encerraron con la otra, para que el martes en la mañana, que llegue el doctor, les diga que para qué sirven porque ellos no saben, ni el Ministerio Público, que dijo que las detenía por vender medicamentos sin recetas, pero si eran para que el agua subiera al tinaco, se las iban a decomisar y las dejaba libres.

 

 

EL MIL AMORES

Jacinto Juárez cumplió 20 años, y todos los de su salón de la Preparatoria número 3 le llevaron regalos, lo felicitaron y le cantaron las mañanitas, se tomaron unos pomos y estaban todos felices, de pronto se armó una pelea todos contra todos, llego la policía, y no pudo controlarlos.

Esto pasó en la Calzada Veracruz, de la colonia Venustiano Carranza. Todo era felicidad para Jacinto, su novia Anita la Huerfanita se sentía muy orgullosa de tener un novio, era el mejor del grupo, bien parecido, fiel como un perro y juraba quererla mucho.

Como en todas las pachangas, sacaron la botana, los pomos y se pusieron a chupar hombres y mujeres, poniendo música de tamborazos y cada quien bailaba a su manera echándole estilo. Sacaron el pastel, apagó las velitas, pensó un deseo que todo saliera a toda madre.

Tocaron la puerta, como Jacinto estaba muy ocupado recibiendo los abrazos y felicitaciones, Anita fue abrir. La que tocaba era una joven que llegó acompañada de unas seis amigas y preguntó por “Chinto”, Anita les preguntó que quién eran y una de ellas le respondió que era la novia del festejado, creyendo que se había equivocado de fiesta fue a llamar a su novio para que atendiera a las muchachas,

A Jacinto se le borró la sonrisa de los labios y se puso como jitomate al ver a la joven que estaba en la puerta, que lo abrazó y le dio un beso en la boca. Anita se quedó mirándolos y subiéndose la sangre a la mollera se le aventó a madrazos, se dieron golpes y no se soltaban de las greñas, una de sus amigas quiso desapartarlas y las otras muchachas entraron en acción, madreando parejo. Los que se metían eran golpeados y se armó una trifulca.

Llegó la policía y también fue contra ellos. Cuando ya se habían calmado las cosas, Jacinto quiso hablar pero Anita le quebró una botella en la cabeza, que valió madres; se lo llevaron a la Clínica del Seguro Social y ahí terminó de pasar su cumpleaños.

 

LO ENCONTRÓ CON OTRA VIEJA

Francisco Hernández Pérez, mejor conocido en el bajo mundo como “El Pocos” porque esta chaparro, su vieja se llama Amalia, es una viejota grandota y bien mamada; viven en la calle de Observatorio número 1103, del barrio de la Cumbre.

La pareja se quiere mucho, tienen 8 hijos en 9 años de casados. Ella no lo deja salir a la calle, sólo de su trabajo a su casa, dice que al ojo del amo engorda el caballo. Él trabaja como repartidor de refrescos desde las 7 de la mañana a la 7 de la noche, pero su vieja lo tiene bien vigilado. Cuando van a alguna fiesta, ninguno de los dos baila con otros, siempre lo hace el matrimonio. Pancho como está chiquito, le abraza las piernas y se recarga en la barriga, ella baila jorobada parando la cola para que la alcance bien.

El primero de este mes, el supervisor les dijo que fueran a un reventón con unas viejas que contrataron para pasársela súper, el costo del boleto sería de 500 pesos.

El que protestó fue Francisco, dijo que él no podía ir porque tenía un compromiso, que lo perdonaran por esta vez, que a lo mejor otro día. Le dijo el encargado que si no lo dejaba salir, ellos le iban a pedir permiso a su vieja, uno de sus ayudantes dijo que es justo que un día al año se aventara una caninita al aire, que hay que saber penar para escapárseles a su vieja. Uno de ellos animó al “Pocos” diciéndole que el patrón mandó hacer unas invitaciones.

Tanto le estuvieron rogando que dijo que sí, les dio los 500 pesos, la bronca era cómo decirle a su vieja para que le diera permiso; lo pensó una y otra vez hasta que llegó a su casa, su vieja vio que estaba preocupado y le preguntó que porqué, le contó que su jefe iba a hacer un a fiesta con todos sus trabajadores, y les dijo que no llevaran a sus mujeres.

La señora no se tragó el cuento y le dijo que ella también podía ir, por primera vez en su vida Francisco se amarró los pantalones y le dijo que era cosa del trabajo, y los habían amenazado que el que no fuera lo iban a suspender del trabajo. La mujer comprendió y le siguió la corriente, preguntándole dónde iba ser la fiesta, le dijo que en un salón que se encuentra en la colonia Cubitos.

Por el espejo vio que su viejo se puso su traje, como está chaparro parecía muñeco de paste, ella se hizo la dormida, Francisco la despertó y le dijo que ya se iba, que no sabía a que hora llegaba.

Había caminado unos pasos esperando un coche, y su vieja ya estaba dentro de otro, le dijo al chofer que los siguiera, que se estacionara en un lugar donde no hubiera luz. Vio entrar a él y a sus compañeros, ella estaba contenta porque no le mintió, le dijo al chofer que la llevara a su casa.

Cuando el taxista prendió el motor, vio que llegó una combi llena de viejas ponedoras, casi iban encueradas, que entraron al salón, le volvió a decir al chofer que se esperara. Se bajó del coche, cuando iba a entrar el que estaba en la puerta no la dejó, le dijo que era una fiesta para caballeros, pero ella estaba necia en entrar, la sacaron a empujones, entró a la fuerza y llegó a la pista donde su viejo bailaba con una chamaca, de su altura, de a cartón de cervezas.

Pancho recibió unas cachetas que se fue al suelo con todo y mujer, Amalia la hizo a un lado y le dio una golpiza a él que lo dejó noqueado, le dio una patada, le dijo que no lo quería volver a ver en su vida. De ahí se lo llevaron al hospital, como estaba chaparro los socorristas se confundieron y lo llevaron al hospital del niño D.I.F.

 

UN CRIMEN MAL PLANEADO

A 72 horas de que fuera encontrado en territorio poblano, el cadáver de un funcionario público del municipio de Acatlán, perteneciente al Estado de Hidalgo, la Procuraduría General de Justicia de Puebla logró descifrar el crucigrama del asesinato de Mateo Cervantes Cruz.

Las autoridades confirmaron que se trató de una venganza de su pareja sentimental por andar haciéndole de chivo los tamales. De las diligencias realizadas por los agentes de la policía ministerial, se dice que Mateo Cervantes sostenía una relación con una mujer de Xilotepec de Juárez, Puebla.

Por eso mismo planeó de una vez quitarle lo coscolino, en complicidad con un mono que se iba a ganar una buena lana.

Se tiene conocimiento que en días pasados la mujer citó al que fuera director municipal de agua Potable en Acatlán en su domicilio, cuando llegó fue recibido a golpes con un garrote, que paró las patas. Poco después el cuerpo fue trasladado en una camioneta al paraje conocido como “La Garganta del Diablo”, en el municipio de Zihuateutla, donde abandonaron el cuerpo y lo incendiaron. En las investigaciones se logró establecer la probable participación de Alan Alfredo, por eso el juez logró liberar una orden de aprehensión en su contra.

Al sujeto lo encontraron manejando la camioneta de la víctima, lo detuvieron porque la unidad tenía reporte de robo. Estando detenido, los ministeriales que saben cómo hacer hablar a los mudos, hicieron que terminara por confesar su crimen. Cabe mencionar que el juez de control consideró que los argumentos del Ministerio Público se encuentran debidamente sustentados con elementos de prueba, y dictó acto de vinculación al inculpado.

Mientras tanto, continúan las investigaciones con el fin de determinar el proceso del inculpado, por lo pronto la Procuraduría General de Justicia de la mencionada entidad continúa las investigaciones, para determinar si hay más involucrados en el asunto, además de que sea buscada la mujer, supuesta autora intelectual del crimen.

gatoseco98@yahoo.com.mx