Despedida

Los últimos meses habían sido extenuantes, entre visitas al médico, estudios, cuidados, desvelos, gastos y la permanente preocupación por una posible complicación y la posibilidad de un desenlace fatal.

Todo empezó con un accidente doméstico que derivó en la pérdida de la movilidad y de ahí una cirugía, que si bien no tuvo complicaciones, a la larga género una infección en el hígado luego que el clavo insertado en la cadera estaba rodando el hígado.

La mujer intervenida procuraba ser útil y evitar dar molestias a la familia, principalmente a su esposo con quien ha estado 50 años de su vida, y que también presenta estragos en su salud por la rudeza de sus empleos.

Los días eran complicados, pero el optimismo y la felicidad de estar juntos aligeraba la situación, recordaban anécdotas, hojeaban los álbumes familiares y se pasaban horas platicando hasta entrada la noche para dormir y prepararse para iniciar un nuevo día.

La noche transcurría con tranquilidad, y un ligero viento alertó su sueño, el hombre fue el primero en despertar, volteo a ver a la mujer de su vida, quien en cuestión de segundos abrió los ojos, no hubo palabras, solo una mirada intensa y un último suspiro.