Trump y Biden, historia de dos campañas opuestas

Trump y Biden, historia de dos campañas opuestas
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EFE.- Un mar de gorras rojas espera a Trump en la pista de un aeropuerto; una sinfonía de cláxones suena en un estacionamiento por Joe Biden. El escenario es parte del mensaje en estas elecciones, y los mítines de los candidatos han contado la historia de dos campañas diametralmente opuestas.

Trump sigue su guión de 2016. Desafía precauciones de la pandemia y se deja adular por multitudes en más de 50 mítines desde junio. Su rival se ciñe a las recomendaciones de los expertos, al programar menos actos y evitar cualquier aglomeración.

Ese contraste ha marcado la dinámica de una campaña sin precedentes, en la que Trump se burlaba de su contrincante por “no salir del sótano” de su casa mientras Biden acusaba a Trump de irresponsable, por programar mítines cuyos asistentes están “lo más amontonados posible, arriesgándose” a contraer la covid-19.

TRUMP Y LA ADULACIÓN DE LA MASA

Después de tres meses confinado en la Casa Blanca y criticado por su gestión de la pandemia, Trump se empeñó en junio en volver a su lugar seguro, al sitio donde más a gusto se ha sentido desde que llegó al poder: el podio de mítines donde miles de personas gritan que quieren cuatro años más con él.

Quizá porque su primer baño de masas pandémico tuvo lugar en un estadio semivacío de Oklahoma, su campaña pronto identificó un escenario que no volvería a decepcionar a Trump, las pistas de aterrizaje de los aeropuertos de todo el país.

BIDEN Y LA PRUDENCIA EXPECTANTE

El equipo de Biden diseñó  su estrategia de campaña en ilustrar su mensaje de que Trump ha sido imprudente en su gestión de la pandemia, mientras que Biden se dejaría guiar por la ciencia.

Biden tardó más que Trump  en retomar los actos en persona: hasta septiembre no empezó a programarlos regularmente, y sus primeros mítines congregaban a poca gente, separada en círculos pintados en el suelo para asegurar el distanciamiento.

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