ALFIL NEGRO

Y AHORA LA LUCHA POR LA GUBERNATURA

Lo que ya está de alguna manera en marcha, es la lucha por la gubernatura de nuestro estado ,en el entendido que el actual mandatario Onar Fayad está ya en su quinto año de gobierno ,que es tradición es el año en que se empiezan a mover con más soltura, quienes aspiran a sucederle en esa responsabilidad.

Esto no tiene nada de raro ni extraordinario, porque para usar una expresión que expresa  esta realidad “son los tiempos”.

Y esta lucha se da en dos  escenarios: en el PRI y en los partidos de enfrente, que buscan con todo la alternancia, tema que usarán sin duda alguna como slogan de  batalla.

En las filas tricolores, más o menos se tiene una lista de los aspirantes, en la que no suena extraño que busquen personajes que están fuera de Hidalgo, pensando que ya les toca y que tienen los méritos para hacerlo.

Y desde luego las cartas locales del partido tricolor ,que tienen trabajo en casa y que pueden ser los buenos para la lucha.

Un escenario que mostrará ya esta lucha ,debe ser la elección de diputados locales y federales del 2021, en que no costará mucho ver las manos que intenten mecer la cuna de su lado.

Con una circunstancia fuerte que se da en Hidalgo, la fuerza del gobernador ,que le alcanza y sobra para ser el fiel de la balanza en la gran decisión, una fuerza que lo ubica como el mejor mandatario estatal del país y por lo mismo con los pergaminos  de logros  y de poder, para escuchar sugerencias, pero no imposiciones.

Esto quiere decir, que en cuanto a la candidatura del PRI, la decisión será de casa y no una decisión nacida fuera del estado.

No faltarán los que se quieran brincar las trancas, pero no se ve cómo les pueda funcionar cuando hay gobernador.

Lo logrado el 18 de octubre, por otro lado, habla de un partido fuerte y listo para la gran lucha.

Son los tiempos, el reloj político siempre camina así.

Y no hay manera de evitarlo. 

Lo característico de este reloj en Hidalgo es que la cuerda se la da el gobernador en lo que se refiere a la apuesta tricolor.

Pero de que la batalla por la sucesión ya empezó, en todos los partidos, no tiene nada  de raro.

Son los tiempos.

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