Pido la palabra

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Es cierto, estamos todavía muy lejos de ser el modelo de país que deseamos,  el país que atienda cuando menos las necesidades básicas de su población, falta mucho, muchísimo en el aspecto de seguridad, falta dar un salto abismal en el rubro del empleo, falta un largo camino por recorrer en materia de seguridad social, pero aún y con todo ello, aún en contra de los que nada han hecho para remediarlo, aún y a pesar de aquellos que han puesto piedras en el camino para no resolverlo, a pesar de todos los pesares: ¡AQUÍ ESTAMOS!.

Con la cara levantada, sin perder el ánimo y con ganas de brincar cualquier obstáculo que nos pongan enfrente.  Este pensamiento no es privativo del que esto escribe, es también el pensamiento de miles de personas que saben que es a través del esfuerzo productivo, como podremos lograr nuestros objetivos, aunque sea poco a poco, no importa el tiempo que nos tardemos, no importa las puertas que nos cierren, sabemos que lo lograremos, ya lo hemos hecho una vez y lo vamos a hacer las veces que sean necesarias, pero eso sí, nunca pisoteando la dignidad de nuestros semejantes.

Hay quienes, por ejemplo, aún no se han dado cuenta que la sociedad ya está hasta la coronilla de todas estas manifestaciones de mediocridad y corrupción que, día con día, nos enteramos sucede en el ámbito político; y quizá por la nobleza que ha caracterizado al pueblo mexicano, los sátrapas de la política siguen abusando; ¡eso es pisar la dignidad de toda una sociedad!, ya que quienes ejercen el cargo para su beneficio personal y luego manifiestan que no hay delito que perseguir, seguramente creen que los ciudadanos nos chupamos el dedo, pero no es así y creo que en esta elección habrá muchas sorpresas.

Estamos atravesando una situación social, económica, política y de salud bastante difícil, y últimamente se ha tenido que presionar a los que tienen la obligación de atender nuestras necesidades cuando hacen caso omiso de ellas, pero cuidado, esta presión nunca debe llegar a niveles que nos rebasen, porque la violencia siempre generará más violencia, los conflictos se deben resolver a través de la política, y el voto es parte de la política.

Veamos, la política es una ciencia, es una doctrina que trata del gobierno de un Estado o de una sociedad, y los políticos son aquellos que en teoría poseen la sensibilidad para encauzar a dicha sociedad a la consecución de sus objetivos dentro de un marco de legalidad y justicia; pero los ejemplos que recientemente hemos estado viendo de nuestra clase política a nivel nacional son el equivalente a echarle más leña al fuego.

Ello nos hace dudar de que los actuales polìticos posean ese mínimo de sensibilidad para representarnos; si nos damos cuenta, cada cual en su oportunidad dijo una cosa, pero en los hechos hizo otra; alguna vez juraron sernos fieles hasta que el hueso se les acabase, pero resultó que el hueso no se les acabó y ya quieren roer uno nuevo. ¿Habrán hecho lo suficiente para merecer ese nuevo hueso?

Los que creemos en la bondad de la política debemos seguir adelante, a pesar de los que la intentan ensuciar, con sus tranzas y demás tejemanejes que poco a poco se van develando; aunque nos llamen ilusos y soñadores, tal vez lo seamos, pero preferimos perseguir ese sueño, que algún día se hará realidad.

Hay que seguir trabajando para aquellos que necesitan una mano amiga, pues ni del cielo, ni mucho menos del Congreso creo que les llegará, si es que seguimos con esa inercia autista de los que sólo se oyen a sí mismos; ayudar a los menos favorecidos debe ser el principio básico; los que hemos tenido alguna oportunidad, no debemos olvidar a aquellos en situación de vulnerabilidad, hacer camino al andar sin tomar en cuenta los obstáculos que encontremos o nos pongan en el camino, pues algún día veremos la luz de ese increíble amanecer.

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.