
El ingeniero mexicano de sonido Pablo Munguía, reconocido con su séptimo premio Emmy por su trabajo en la última ceremonia de los Oscar, cree que la pandemia quiebra el modelo actual de la industria musical, pero abre una ventana para artistas y técnicos que siempre estuvieron fuera de esa gran estructura de negocio.
Munguía reside desde 2016 en la ciudad española de Valencia (este), donde dirige el máster de producción musical, tecnología e innovación del campus Berklee College of Music, y cuenta en su trayectoria profesional con 24 nominaciones a los Emmy.
En una conversación, habla del presente y del futuro de la industria musical y ve con esperanza el surgimiento de nuevos modelos que podrían poner en su lugar a los artistas y técnicos, los “grandes maltratados” económicamente de la industria, con iniciativas como el “blockchain”, en las que el público paga directamente al artista por el uso de su música, o que el consumidor lo valore pagando por verlo en internet.
Gran defensor de las nuevas tecnologías, considera que la digitalización ha permitido superar las limitaciones de las antiguas cintas de audio.
Pero lamenta que las redes sociales y las nuevas plataformas de “streaming”, que parecía que permitirían al músico llegar directamente al gran público, no han conseguido romper el poder de la gran industria.
Los artistas y los técnicos continúan siendo “los grandes maltratados” del negocio y los peor remunerados, asevera.
A su juicio, la pandemia de coronavirus está rompiendo la estructura de la industria musical, muy enfocada al consumo de conciertos en directo.
“Existe la posibilidad de que el modelo quiebre”, avisa, pero para los músicos que se encuentran fuera de esa estructura puede ser “una gran oportunidad”.
“Ahora habrá que ver qué estructuras se logran”, señala, y pone como ejemplo el éxito de los conciertos de los artistas en directo desde sus casas durante el confinamiento, que pueden llevar a “nuevos modelos de consumo”.
“Hay patas que no se van a poder mover tan fácilmente, pero si el público se acostumbra a pagar por las interpretaciones de sus artistas -también virtuales- se podría establecer una nueva fórmula” que beneficie, que los beneficie, también a sus músicos y equipo técnico, plantea.