* Privó la razón
Afirman, los que saben de estos menesteres, que ya fue tomada la decisión al interior del Revolucionario Institucional, y que quien habrá de llevar los colores tricolores en la contienda del 2016 para la elección de gobernador de Hidalgo, de hecho ya fue informado, pero con la sentencia de que recibirá la confirmación definitiva los primeros días del año próximo.
Incluso ya se habla de una operación amplia que permita la suma de quienes al final de cuentas quedaron descartados, a la candidatura decidida, a fin de que se logre que sea de unidad y unánime.
Con lo anterior se echaría por tierra la machacona versión de que se habría registrado una grave fractura al interior del priísmo hidalguense, con el surgimiento en automático, de un “independiente” arropado por el Grupo Universidad y compadres que lo acompañan.
Sin embargo todos estos malos presagios quedaron conjurados, merced a una estrategia operada por el propio gobernador Francisco Olvera, y la base del PRI, ya incluso con la participación directa de Alberto Meléndez Apodaca.
De tal modo que lo que se había planteado como un inminente rompimiento en las filas tricolores, se habría diluido por el trabajo fino desarrollado en la desarticulación de reventadores profesionales en la materia.
Porque, habrá que anotarlo, con tanto personaje considerado de perfil alto en la contienda, pareciera que no iba a haber acuerdo.
Pero lo hubo.
Y una razón fundamental es que el acuerdo entre gobernador y ex gobernador, se logró a tiempo.
Hubo riesgos en todo el sentido de la palabra.
Privó la sensatez.
Aquellos que juraban tenías en sus manos el proceso de selección del candidato tricolor, simplemente fueron puestos en el lugar que merecían, y que es el olvido.
Por poco y lograban su objetivo.
No fue así.
El acuerdo cumbre de gobernador y ex gobernador, logró lo que parecía imposible.
Y por sobre todas las cosas, puso a cada cual en su lugar.
Mil gracias, hasta mañana.
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