¿HACER LEÑA DEL ÁRBOL CAÍDO?.- No, sinceramente no es de nuestro interés asumir ahora la actitud de Torquemada y su Santo Oficio ante la situación que vive ya no sólo el aún Presidente del Patronato de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, Gerardo Sosa, sino también su familia. Eso lo dejamos a los que en la cúspide de su poder no dudaron en rendirle pleitesía y asumirse como sus fieles y devotos seguidores, para que en estos momentos le dirijan furibundas críticas con el único objetivo de que les crean que “siempre lo condenamos, siempre señalamos sus terribles acciones, siempre advertimos de su peligrosidad”. Tenía razón el periodista polaco Riszard Kapuscinski cuando afirmaba eso de que los cínicos no sirven para este oficio.
¿Y AHORA?.- Será un largo y sinuoso camino el que vendrá a partir de ahora para nuestra Máxima Casa de Estudios, y sí y solo sí, en una de esas cosas que suelen pasar en un país como el nuestro, el hoy inculpado no es declarado inocente de toda culpa. Por principio de cuentas sólo pensar en la posibilidad de aplicar el “quítate tú para que me ponga yo”, generaría una situación más que complicada. Pero tampoco sería lógico que las huestes del Grupo Universidad que sienten y resienten la orfandad que viven, creyeran que todo puede seguir igual con la salvedad de que su jefe no está para ordenarles qué hacer. Se ve difícil que un rector como Adolfo Pontigo, que ya no sabe si reír o llorar, pueda enfrentar el momento, mucho menos el hermano del indiciado, Agustín Sosa. Tendrá que aparecer en el horizonte una fórmula novedosa, incluyente, pero sobre todo transparente. Asunto de esperar.
UN PODEROSO RODEADO DE SERVILES, ACABA POR CAER.- “¡Mí señor, lo que usted diga. Mi señor, como usted mande. Mi señor si usted dice que va a llover, seguro va a llover. Mí señor son las horas que usted mande al universo!”. Expresiones que parecieran cómicas, son, sin embargo, la herramienta con la que serviles y lambiscones acaban por traer la desgracia en quien ejerce poder. Nadie, absolutamente nadie, quiso advertir a tiempo al hoy en desgracia líder máximo de la UAEH, que se precipitaba poco a poco al abismo con su megalomanía, su autoritarismo y su incapacidad para reconocer la realidad. Todos tomaron el camino más fácil de postrarse ante el personaje citado y a la menor provocación exclamar: “¡Mí señor, lo que usted diga!”. Un poderoso incapaz de aceptar que uno de sus consejeros o cercanos no esté de acuerdo con lo que dice, está condenado a la desgracia tarde o temprano.
UN POSIBLE ERROR DE CÁLCULO.- Se dice, sin que me conste, como dice el culto, honesto y caballeroso Francisco Xavier, que lejos de amilanarse con la situación que vivía, Gerardo Sosa habría caído en el lamentable error de propalar la versión de que tenía videos en formato 4K cuando supuestamente le entregaba verdaderas montañas de dinero a un vástago del hoy Presidente de la República, para su campaña presidencial. Si así lo hizo fue un terrible error, y las consecuencias están a la vista de todos.
Aviso para que no digan: Esa columna se nutre de comentarios recabados en agencias del Recontra-Espionaje, muy similares a las que popularizó el “Súper Agente 86” en sus tiempos. Como tal, usted está en libertad de creer o no lo que lee, recontra-enojarse, recontra-carcajearse y hasta recontra-recordarnos a nuestra jefecita (nosotros recontra-hacemos lo propio). Avisado está usted.
Dudas y comentarios:
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