Mafias de provincia, el reto de AMLO
A todas las contrariedades que el Presidente López Obrador ha encontrado en su camino por el primer año de su mandato, hoy mismo debe sumar la preocupación de impedir de grupos caciquiles se apoderen de manera definitiva del partido que lo llevó al poder, Morena, en muchos estados de la República como Hidalgo.
No ha sido fácil este trayecto de arranque para el Jefe de la Nación, mucho menos aguantar la campaña mediática en que se deja la idea de que México está incendiado y en una guerra sin cuartel contra enemigos que mueren, pero resucitan a la vuelta de la esquina. Campaña que sus huestes también desataron contra el gobierno Peñista, quien tuvo que aceptar la idea regada en la sociedad, de que era un mandatario con poca inteligencia y pleno en corrupción.
El uso y abuso de los medios para edificar un prestigio no sirve en términos reales, porque la misma arma que se usa termina por voltearse contra su creador o usuario, con efectos devastadores.
Me atrevería a plantear que con todo y los efectos negativos de no pocas decisiones del nuevo gobierno federal, que ha ido de la austeridad republicana a la pobreza franciscana sin resultados realmente positivos, sin duda es posible esperar en el Segundo Año del gobierno de AMLO, que la curva de aprendizaje termine para dar paso a una administración de resultados, de posibilidades.
Sin embargo en cada uno de los rincones del país tendrá que empezar a poner orden con aquellos que de alguna manera le brindaron apoyo en su campaña, pero que pensaron que podrían disponer a su antojo, o de plano ordenar el cambio de autoridades estatales para asumir el poder a través de absurdas solicitudes de desaparición de poderes.
López Obrador no puede ni debe distraer su atención fundamental que es todo el país, pero tampoco olvidarse de poner en su lugar de una vez por todas, a grupos mafiosos que gracias a su apoyo, visto bueno, o por lo menos no reprobación, hoy mismo manejan Congresos estatales, como es el caso de la entidad hidalguense.
Sabe bien que el apoyo que le dieron no fue de gratis, y que no solo insisten en ser perdonados por delitos como la malversación de fondos públicos en un nivel escandaloso, sino que están ciertos que les debe todo lo que se atreven a pedir.
AMLO está obligado a dar viabilidad a su partido, Morena, con el impulso de cuadros realmente morenistas, no de arribistas sinvergüenzas que incluso se atreven a presentarse como sus legítimos representantes y por lo tanto únicos para dirigir un instituto político como el anotado.
El caso Hidalgo llega a niveles preocupantes, porque a toda costa los que secuestraron con la bandera de Morena la Cámara de Diputados, impulsarán una confrontación abierta y hasta donde tope con el Poder Ejecutivo del Estado, ante la urgencia de apurar escenarios donde no se vean en la cárcel y sí en cambio como viables a la primera magistratura estatal.
Para fortuna de todos es una posibilidad que ha dejado de serlo.
Sin embargo debemos esperar una batalla sin cuartel, porque ya no hay límites de ningún tipo y sí en cambio una desesperación que preocupa en todo el sentido de la palabra.
AMLO tiene bastantes preocupaciones como para tener que atender pugnas provincianas por el poder, pero no hay de otra. El país se puede descomponer si no se atienden y de una vez por todas pone en su lugar a pequeñas mafias a las que permitió apoderarse de su partido, o por lo menos de las candidaturas de su partido.
No hay de otra.
Mil gracias, hasta mañana.
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@JavierEPeralta