LA CASA DEL HOMBRE
El hombre siempre sueña
Con tener una casa,
Un lugar donde viva,
Donde jueguen sus hijos
Donde duerman pequeños,
Donde lleguen los reyes,
Y se pongan retratos
De los seres queridos,
Que una tarde se fueron
Porque caía la tarde,
Y soplaba la brisa,
O porque simplemente
Se fueron por la calle
Y les gustó el camino,
Para llegar muy alto
Donde viven los soles
Estrellas y luceros
El hombre siempre sueña
Con una casa propia,
Donde alcancen cometas
De risas y de cantos,
Y llegue por diciembre
Un niño milagroso,
Que luego todo el año
Nos cuide y nos bendiga.
Una casa que tenga
La imagen de la virgen,
A la que le recemos
Cuando la noche llegue,
Y sintamos que duele
El corazón y el alma,
Y podamos confiados
Iniciar nuestro rezo,
Diciéndole confiados
Mientras la pena duele,
Que la sentimos madre
Y así le cantamos
Una casa que tenga
Un crucifijo en alto,
Donde cuelga el maestro,
El pescador divino,
Que nos mira en silencio
Y nos dice tranquilo,
Que aunque vengan tormentas,
La barca no naufraga,
Y cuando todo es negro,
Cuando se cierran puertas,
Nos abraza y consuela
Y nos repite siempre,
Que estará con nosotros
Hasta que el tiempo acabe…
Una casa que tenga
Un árbol y una silla,
Donde ya por la tarde
Sintamos como llegan
Pájaros que nos cantan,
Y un colibrí de jade
Que nos mire admirado
Y vuele no se donde,
Al fin niño pequeño
Milagro de obsidiana…
El hombre siempre sueña
Con tener una casa ,
Donde vea emocionado
Los ojos siempre bellos
De la esposa que vive
Eternamente joven,
Eternamente hermosa,
Con sus manos de magia
Para cazar cometas,
Para alcanzar la luna,
Para guardar los sueños,
Para guardar tranquila
Las penas y alegrías.
La casa, nuestra casa,
Donde si Dios dispone,
En una hora incierta
También marcharemos
a la casa del padre
Al final del camino.
La casa, nuestra casa.