Llueve mierda

HOMO POLITICUS

Ilusionar, mentir, engañar, crear patrañas parece no empobrecer, en los hechos, prometer no empobrece.

 

 

Así vivimos, en el país del “nunca jamás”, donde la realidad es manejada de manera halagüeña, donde las promesas de Estado se multiplican en los discursos cuyos vacíos hacen parecer a los cuentos de hadas en simples historietas. Además, en el país de los ciegos el tuerto es rey, por lo que ante la miopía ciudadana y su escaso interés por la realidad circundante, la nobleza política hace lo que quiere, viola lo que quiere- cuidado-, por lo que la realidad se edifica desde el escritorio.

 

Cuando a principios de año se argumentaba que la concreción de las reformas estructurales crearía un horizonte de prosperidad, una verdadera bonanza que transitaría por la reforma energética, las cosas parecían de ensueño; pero, más tarda en caer un hablador que un cojo, por lo que una vez que los precios del petróleo se desplomaron, nos empezó a llover mierda, la cual sigue cayendo en cantidades industriales, así que saque su paraguas o póngase impermeable.

 

Así las cosas, desde que apareció el mito de la prosperidad ante la reforma integral del Estado, los enanos de blanca nieves crecieron, por ello el Gobernador del Banco de México Agustín Carstens, que entre paréntesis debe ser el Gobernador de esta entidad financiera nacional porque pesa más de cien kilos y ello, crea la ilusión de la abundancia, aseguraba y perjuraba que México crecería entre el 3 y 4% del PIB, las campanas al vuelo hicieron que mis vecinos se endeudaran con pantallas de plasma los muy pendejos, pero la realidad es culera como dicen acá en México, por lo que todo se derrumbó y ahora, el mismo Carstens es quien desmiente lo dicho- es de sabios reconocer, pero en este caso es una culerada-, que la estimación de crecimiento del PIB se redujo al 2.5 y en el mejor de los casos al 3.5%, ¿nos reímos o lloramos?

 

Claro, como don Agustín Carstens se encuentra más que bien nutrido, eso salta a la vista, pues a él le vale madre si se reduce o no el crecimiento del PIB, lo que no es válido es jugar con los sentimientos y anhelos de la ciudadanía, lo cual es más feo que pegarle a dios.

 

Entre peras y perones, o lo que es lo mismo cuando es 13  entre más me acuerdo, menos entiendo; lo cierto es que la mierda nos llueve, que se acabaron las ilusiones mal paridas y que la realidad es que hay que seguir en este marasmo de la realidad donde sólo unos cuantos pueden pensar en que este año 2015 será el año de la revelación divina, mientras que los simples mortales nos seguiremos cagando de hambre y asolados por la mierda que cae del cielo, mientras en la televisión nos aleccionarán ¡vaya a votar es un deber ciudadano, para que las cosas cambien!, esto de que las cosas cambien lo aclaro, se refiere que las fortunas de las 300 familias opulentas del país se incrementaran, mientras la miseria tendrá rostro de niño pobre, porque también se incrementará.

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