- A un mes de su inicio, miles de fieles salen a las calles; esta vez lo harán en la pandemia
EFE.- La festividad religiosa del mes de moharram, la más importante para los musulmanes chiíes, se ha convertido en un desafío para autoridades iraníes, apenas un mes antes de su comienzo, debido a la Covid-19.
Cada año, durante el mes de muharram, decenas de miles de fieles salen varios días a las calles de las ciudades iraníes para expresar su dolor por la muerte del tercer imán chií, Hosein.
Este año debido a la propagación del nuevo coronavirus en Irán, el modo de llevar a cabo esas conmemoraciones, que tendrán lugar a partir del 21 de agosto, ha generado diferencias entre las autoridades, clérigos y responsables sanitarios del país.
El moderado presidente iraní, el clérigo Hassan Rohaní, afirmó el 25 de julio en una sesión del comité iraní de lucha contra coronavirus, que “el luto por el imam Hosein, se celebrará en todas las ciudades y pueblos” de Irán, “bajo cualquier estado” de riesgo que tengan ante la Covid-19.
Rohaní ordenó que las ceremonias y procesiones se lleven a cabo “de modo glorioso” pero “respetando el distanciamiento social y con mascarillas” y en referencia a los protocolos de salud, apostilló.
Esas declaraciones de Rohaní tuvieron lugar después de que el Ministerio de Salud expresara claramente su oposición respecto a esas ceremonias.