LO ACUSAN DE VIOLANCIÓN
El acusado dice: “Yo se los juro, que yo no fui,” sin embargo su esposa lo acusa. Este desmadre salió a relucir por un caso de infelicidad, la mujer, al saberlo, se puso como el hombre verde, a toda costa busca la forma para que su marido esté la cárcel. Está que se la lleva la grosería, no le calienta ni el sol, a pesar de que va a rifar un melón de pesos.
La mujer ofendida no solo busco el divorcio, sino que lo quiere hundir a como dé lugar, acusándolo penalmente por el delito de violación en agravio de su hija mayor. Se está armando la grilla con la ayuda y complicidad de exfuncionarias estatales, tomando el papel de abogadas, y por supuesto el evidente trafico de influencias, llevándose entre las patas el prestigio de instituciones como el DIF, la Procuraduría de la Defensa del Menor, y otras estancias.
Con esta bronca al pobre del acusado, Moisés Ayala Guerrero, de 39 años de edad, de profesión médico, no encuentra la puerta, porque su vieja no deja de echarle leña al diablo, y a través de este diario Plaza Juárez, que todo lo descompuesto lo compone, pide a las autoridades como el procurador General de Justicia, para que le eche la mano porque ya tiene el agua hasta el cuello, y evite una injusticia.
El promete dar consultas gratis a todos los reporteros que estén malos del moquillo, a los uniformados y agentes investigadores, para que le echen un ojo a la averiguación 12/DAV/055/2015 y se lleve conforme marca la ley, con apego a derecho, que se desahoguen las pruebas que sean necesarias con el fin de comprobar su inocencia, porque con esta vil infamia ya casi tiene una pata en la cárcel.
“Exijo que me respeten mis derechos las abogadas de mi esposa, Yesenia Pichardo Daniells, Alicia Medina Cartelazo y Mónica Rocha Callejas, exfuncionarias de la Procuraduría de Justicia, porque presumen de mantener sus influencias, y dicen que de su cuenta corre, me refundirán a la prisión, porque tiene mucho poder y me llaman medicucho”.
Pero vamos a ver por qué se quieren achicalar al doctor Moisés Enrique Ayala, él mismo se recetó un medicamente para los nervios, y tranquilizantes para andar relax. Contó a varios reporteros que estaban muy atentos de sus palabras, para que algún día no la rieguen y les pase lo mismo.
Les contó que hace 15 años, comenzó una relación de noviazgo con Yesenia Pichardo y dos años después se caso por las tres leyes, y tuvieron dos hijas, que actualmente tienen 13 y 4 años de edad. “Cuando nos casamos ella tenía una niña de de dos años, llamada Guadalupe, a la que le di mi apellido, como si hubiera sido mi hija, ella también me reconoce como su padre, y me quiere iguanas ranas.
“Pasaron los años, y nuestra relación era normal, a pesar de que llevo varios años en Tulancingo, ejerciendo mi profesión, estuve al tiro con mi familia, de todas sus necesidades, lo cual pueden justificar familiares, amigos y vecinos; nunca tuvimos un problema serio. Salíamos a pasear, nos divertíamos y éramos muy felices.
“Pero no falta en pelo en la sopa, y de momento parece que llegó un huracán con categoría 5, igualito a “Patricia” a partir del 20 de abril de este año, mi esposa recibe un mensaje de una vieja, donde le dice que está panzona y ese chavito es mío. Que se arma la bronca, mi señora se puso negra de coraje, y se me fue a madrazos, sin darme tiempo de montar a mi caballo, me corrió de la casa, y me dice que no me dará chance de ver a mis tres hijas.
“Furiosa como si hubiera cometido una falta grave, me saca tarjeta roja y me expulsa y me dice que saque mis garritas y mis cosas, y que me vaya y nunca regrese a mi hogar. Estaba sacado de onda, y le dije que hiciéramos una mesa para dialogar nuestra situación, o que nos aventáramos un debate, me dijo que el único remedio era el divorcio, así que sacara mis chivas.
“Triste, cansado y sin ilusiones, salí de la casa y encontré cuatro caminos, y no sabía cual de los 4 sería el mejor. Así pasaron los días, las semanas y llegó un mes, que logré me dejara ver a mis hijas, solo una hora, y me sacó que le diera dinero, como pensión, de 10 mil a 15 mil pesos quincenales, de los cuales tengo los recibos firmados por ella.
“Repentinamente me sueltan un golpe al cuajo, sentí que me mocharon las patas, se rompe la relación del hogar conyugal, y no podría con vivir con mis hijas, y mete una orden de restricción para evitar que las vea hasta en fotografía.
“Al notar lo que estaba haciendo, me cayó el 20, y me di cuenta que era el pretexto para sus relaciones que venía sosteniendo con su jefe laboral, Andrés García, porque también le andaba poniendo Jorge al niño. Después el 7 de mayo, ante la insistencia de mi parte en pretender dialogar para definir la situación de nuestras hijas, ella insiste en seguir la demanda de divorcio y la supuesta violación de su hija Guadalupe.
“Al saber eso me llenó el buche de piedras, me enfrenté al enemigo diciéndole que era una infamia que no se la perdonaría nunca, cómo era posible que yo hubiera violado a mi hija, que francamente no tenía madre.
“Me quedé con la espinita clavada e investigue y efectivamente, se encuentra una averiguación previa en la Procuraduría General de Justicia, radicada en el Centro de Atención a Víctimas, en el valle de San Javier, por el delito de violación en contra de su hija, que actualmente tiene 17 años de edad.
“Al parecer, declara manipulada por su madre, que esto ocurrió cuando tenía 8 años de edad, a partir de entonces siguieron los protocoles legales y pruebas periciales y los dictámenes confirman, que la menor se encentra íntegra, los certificados confirman que no fue penetrada.
“No hay ninguna violación, con lo cual se confirma plenamente que todo fue fabricado por Yesenia, y utilizó a la niña para consumar su venganza, pero se la peló. De ahí se desató un odio jarocho.
Asegura Moisés, el doctor, que al ver que los estudios no le favorecieron a su ex esposa, se desata una serie de feroz coraje, odio y se asesora de una serie de personas influyentes, entre ellas sus abogadas, “que me dijeron muy burlonas, que a como diera lugar me mandarían a la cárcel.
“Desde entonces he ofrecido pruebas de perfil psicológico, mías y de la niña, de las cuales no han hecho caso. Únicamente aceparon las cartas de mi perfil psicológico, y testimonios de unos testigos, muchas pruebas no me han sido permitidas, aludiéndose y escudándose con los derechos del menor, que son fielmente protegidos por el DIF. De la misma manera, se ha involucrado al Instituto de Violencia para la Mujer para darme en la torre, pero no es así” recalcó Moisés, que en estos momentos está con una pata en la cárcel.
De no haber sido por un amparo que interpuso mi abogado, ahorita estuviera como Pepe “El Toro” y fue concedido por el juez cuarto de distrito, quien lo otorgó contra la consignación hasta que no se resuelva el asunto porque la mujer no quita el dedo del renglón, y dice que lo va a amolar.
“Estoy dispuesto a someterme al detector de mentiras, comprobar mi inocencia, y mande hacer una investigación a su propia gente que están colaborando pero no al Teletón, sino para darme en la madre”. También dijo que eso no se vale, “fue una cobarde agresión lo que hizo, parece luchadora ruda, ya no quiero de acordarme porque me muero de vergüenza, fue una cobarde agresión en contra de Elizabeth Yáñez, a quien la fue a buscar y agredir en el área de trabajo, en la Coordinación Médica Municipal de Tula de Allende, Hidalgo, la mañana del pasado martes, la agarró de las greñas, la tiró al suelo y se le fue a patín y madrazo, y la dejó noqueada.
“Por el hecho de que es mi amiga, y me apoyó a ir a declarar a mi favor en una de las diligencias como testigo de cargo. La afectada intentó poner una demanda para que le diera curso a la carpeta de investigación por golpes y amenazas de muerte, pero ni la pelaron”.
Uno de los reporteros le preguntó al doctor de la violación que le achacan, pero no es cierto, y de la vieja panzona que mandó el recado a su mujer, qué pez, el médico se lo quedó mirando y le dijo: “En cuanto arregle este asunto que tengo, iré a buscarla y luego les vengo a informar, qué es lo que pasó, porque si no me meten al bote por lo que me acusan, me van a meter por sancho.
ENTRARON A SU CASA Y LOS ROBARON
Los agarraron descuidados, los amordazaron y se llevaron dinero y varios animales. Una familia vecina de la colonia Ojo de Agua, de la comunidad de Santo Tomás, del municipio de Zempoala, vivieron una pesadilla al fondo del infierno donde le vieron la cola al diablo.
Sujetos armados hasta los dientes, los amagaron, los amarraron y los despojaron de su dinero y se llevaron el ganado, con un botín de más de 300 mil pesos. El MP anotó en su carpeta de investigación, a unos monos que robaron por asalto en agravio de 5 personas, que se omite su identidad.
José Antonio, de 46 años de edad, denunció que como a las 8 y media de la noche, entraron unos ladrones a la casa de su papá José, de 78 años de edad, a bordo de una camioneta Ford con placas de Hidalgo, dicen que ellos estaban haciendo planes para el trabajo, de momento tocaron el zaguán, su hermano medio abrió la puerta, y les preguntó “¿Quién es? Le contestaron la vieja Inés.
Le dieron un aventón que lo mandaron de nalgas, y entraron con armas cortas, los delincuentes se llevaron a 5 hombres por delante, caminando con las manos en alto, los amararon de las patas y de las manos y los amordazaron, le dijeron a don José adónde estaba el dinero y si no les decía de una vez, lo iban a adelantar que se fuera con la niña blanca.
El señor al ver que estaban decididos, les entregó la cantidad de 120 mil chuchos en billetes de varias denominaciones. Poco después, desamarraron a Felipe, que era el más mamado y lo obligaron a que cargara un molino de zacate y lo echara en la camioneta Ford F-150, con placas de circulación HL-68150, propiedad del viejito.
En la misma unidad, los asaltantes se llevaron a 5 borregos, 50 chivos además de una escopeta, les dijeron que no se movieran, que iban amarrar al que los ayudó, y se arrancaron juntando uno a otro. Moviéndose como gusanitos, lograron desatarse, y de inmediato fueron avisar a la comandancia de policía, quienes implantaron el operativo “Cero” y horas después, llegaron con cero detenidos.
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