DE CUERPO ENTERO

Diez motivos para ser solidarios en tiempos de Covid

1.- Porque este virus (SARS COV-2) anda como león hambriento buscando a quién devorar.

2.- Porque el virus vino a demostrarnos que todos somos iguales: ni el rico con sus riquezas se escapa, ni el pobre con su fama de ser de la “raza de bronce” se excluye; bueno, ni el político de alcurnia con influencias puede estar libre.

3.- Porque los “los disparos ya se escuchan cerca”, y todos sabemos de algún enfermo o difunto de la calle de a lado, o posiblemente de algún familiar, que en pocos días el virus se lo llevó.

4.- Porque en realidad estamos solos: los hospitales creen que todo es coronavirus, y se han olvidado de las otras enfermedades, y cuando despertemos caeremos en la cuenta de que la tragedia puede ser mayor.

5.- Porque un efecto agregado a la pandemia es el MIEDO; imaginamos que si una persona con esta enfermedad nos ve, el virus como si fuera partícula de rayos x, nos atravesará el alma.

6.- Porque el egoísmo fluye y de tal forma que la reflexión habitual es: “conque a mi familia y a mí no nos pase nada, los demás que se las arreglen como puedan”. ¿Por qué no te pones un momento en los zapatos del que está enfermo? ¿Qué crees que te pediría?

7.- Porque al ser solidarios con actos de generosidad y compasión, lo primero que nos pasa es que nos sentimos bien, y un milagro que no entendemos empieza a suceder.

8.- Porque si piensas que tú puedes estar del otro lado, te dolería que te marquen como a los judíos en la Segunda Guerra Mundial con una estrella, o que te den la vuelta, o que marquen tu casa.

9.- Porque si en lugar de escandalizar a los vecinos del nuevo enfermo de la cuadra, organizas a todos y les llevan comida y víveres por las dos o tres semanas (cuarentena) que deben estar aislados, entonces descubrirás otro milagro que nace entre tus manos: EL MILAGRO DEL AMOR.

10.- Porque la solidaridad empieza desde adentro, desde tu corazón, y hoy esta pandemia nos da la oportunidad para decirles a los que quieres, y a los que no tanto, que estás preocupado por ellos.

¿Por qué no le llamas al hermano, hermana o pariente del que estás distanciado, y solo le dices: ¿Cómo estás, ESTOY PREOCUPADO POR TI?. Entonces nacerá un tercer milagro que tanto nos hace falta: el de la FRATERNIDAD.

El mundo no se mueve como debiera, y el miedo se propaga más rápido que la pandemia. Te invito a que reflexiones en este decálogo para poder navegar en estos mares tormentosos. Recuerda que finalmente la enfermedad llamada COVID-19 seguirá más temprano que tarde la historia natural de su existencia, es decir: TODO PASARÁ y entonces volveremos a abrazar a los que extrañamos y caminar las calles que añoramos.